Capítulo 6

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~LEXA ~

Tenia siete años la primera vez que fui advertida acerca de ser una puta. Fue un dia que pasé tiempo con mi padre lo recuerdo vividamente porque me asustá.

Estábamos viendo «Regreso al Lago Azul» y el personaje de Lilly había entrado en pánico por la sangre que encontró entre sus piernas.

Yo era demasiado joven para tender lo que pasaba, asi que le pregunté a mi padre. El dijo: Las mujeres son unas putas sucias y están llenas de sangre sucia, asi que cada mes tienen que deshacerse de ella.

Estaba estupefacta dentro de un silencio temeroso. Me imaginé a mí misma siendo vaciada de sangre, mi piel encogida hasta los huesos.

- Yo soy una mujer, Papi?. Mi padre me vio de pies a cabeza, dio un trago profundo a su ron con coca-cola.

- Lo serás algún día. Mis ojos se nublaron con lágrimas mientras imaginaba el horror de ser exsanguinada.

-¿Cómo consigo más sangre?. Mi padre sonrió y me abrazó. El olor del licor en su aliento sería siempre un consuelo para mí.

- Lo harás, nenita... simplemente no seas una puta. Estrujé a mi padre.

- ¡No lo seré!-Me incliné hacia atrás y miré sus ojos ebrios.

- Pero, ¿qué es una puta?.Mi padre rió a carcajadas.

- Pregúntale a tu madre. Dijo. Nunca lo hice. Nunca le conté a mi madre las cosas que me había dicho mi padre, aunque me preguntaba cada vez que él me llevaba a casa con ella. Instintivamente sabía que pelearían si lo hacía.

Dos años después, en mi noveno cumpleaños tuve mi primer periodo y grité lastimeramente pidiéndole a mi madre que llamara a un médico, ella entró en el baño exigiendo saber qué era lo que iba mal.

La miré, con la vergüenza propagándose por todo mi cuerpo y susurré: un médico.

En su lugar, ella me pidió que le dijera que tenía.

-Soy una puta. Dije con mucha tristeza.

Tenía trece años antes de volver a ver a mi padre. Y para entonces ya tenía un profundo conocimiento de lo que era ser una "puta".

Mi madre había sido una "puta" por enamorarse joven y quedarse embarazada d mi... y de mi hermano.. y mi hermana..y mi otra hermana.. y mi otro hermano... y el resto.

Yo estaba destinada a convertirme en una por culpa suya. La prostitución, al parecer, estaba en mi sangre, mi sucia sangre. Mis abuelos lo creían; mi tía lo creía también, al igual que su marido y sus hijos.

Mi madre había sido la más joven de sus hermanos y su opinión pesaba mucho en ella lo que es más importante, ella lo crecía.
Me hizo creerlo a mí.

Me vistió con vestidos largos hasta los pies, me prohibió usar maquillaje, pendientes, o cualquier cosa más exótica que un pasador en el pelo.

No podia juga con mis hermanos o mis primos varones. No me podía sentar en el regazo de mi padre. Aunque este último me convenció de hacerlo siempre que nadie nos viera.

Todo eso para mantener a raya a mi puta .

Cuando cumpli trece años, estaba harta del Puta Manifiesto de mi familia. Me rebelaba a cada oportunidad.

Tomaba prestados de mis amigas shorts, faldas camisetas. Ahorraba dinero de mis tarjetas de cumpleaños y el dinero
ocasional que me daba mi madre por hacer de canguro mientras ella salía a busca su siguiente novio.

Compraba brillo de labios o laca de uñas. Mi madre convulsionaba entre estallidos de puro enfado siempre que encontraba esas cosas en mi habitación.

-iDesgraciada! Gritaba mientras me lanzaba mis objetos a la cabeza. Era una desgracia a sus ojos.

- ¿Es esto lo que haces a mi espalda?. Vestir enseñando las tetas y las piernas como basura callejera!.

Siempre lloro cuando estoy enfadada, abrumada por la emoción no puedo controla el derramamiento en mi cara ni en mi boca.

-Que te jodan, Mamá. ¡Qué te jodan! Tú eres la puta, no yo.

- Yo sólo.sollozaba. Sólo quiero vestir como otras chicas de mi edad. Estoy harta de pagar por tu errores. No hice nada malo. Los ojos de mi madre nadaban en lágrimas y furia.

-Ya lo sabes.. Lexa, piensas que eres mucho mejor que yo, tragaba saliva, pero no lo eres. Te pareces más a mí de lo que crees y... te lo digo en serio... actúa como una puta y serás tratada como una.

Sollozaba en alto mientras ella reunía mis cosas dentro de una bolsa de basura.

-iEsas ropas pertenecen a mis amigas!

-Bien, ya no son tus amigas. No necesitas amigas como esas.

-iTe odio

-Hmmm, bien.

-Yo también te odio a ti ahora mismo. Todo lo que he sacrificado por una mocosa como tú.

- No vas a poder detenerme para que me vista como quiera. Le gritó.

- Tal vez yo no, pero tú padre sí. Desde hoy te vas a vivir con ese alcohólico.

Toda mi ropa estaba en bolsas de basura. Mi padre me miraba con una gran sonrisa.

- Alycia, te va a encantar vivir conmigo, yo te voy a enseñar a ser una niña de bien. Me miró de pies a cabeza y por primera me sentí incómoda con su mirada.

- Me llamo Lexa padre, sabes que odio que confundas mi nombre con el de mi hermana.

- Como sea, ya estás hecha toda una mujer, seguro que tu cuerpo ya está listo para un buen hombre. Dice sin dejar de mirar mis senos. Intento cubrirme y por primera vez deseo vestir la ropa que mi madre me obligaba a usar.

- Mamá dice que no debo tener novio. Digo con algo de miedo. Su mirada hace que quiera huir lejos de él.

- Claro que no debes tener novio, ves a bañarte. Dice con una sonrisa torcida.

Corro al baño y pongo seguro, me quito la ropa y comienzo a bañar mi cuerpo.

- Como lo imagine. Escucho la voz de mi padre y me asusto al verlo frente a mi, con unas llaves en su mano.

Captive in his armsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora