Un Plan Desastroso ©

Capítulo 38. Más cosas en la cabeza.

(Me olvidé de poner esto cuando recién publicaba y era para decirles que después de este capítulo.... se viene lo heavy jeje)

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*sin corregir*

Narra Morgan

Pasaron pocos segundos en los que nos encontrábamos en estado de shock sin saber bien qué hacer.

Fue entonces que mi móvil sonó anunciando la llegada de una nueva notificación y di un bote del susto. Mason no quitaba sus ojos de los míos, incitándome a que revisara el mensaje, como si supiéramos que ese texto iba a ser la respuesta a todo lo sucedido apenas minutos atrás.

Lo saqué del bolsillo de mi chaqueta con rapidez, tanta que casi cae de mis manos y confirmé que era un número desconocido.

—¿Qué dice?

Ignoré su pregunta y leí.

Bien hecho, Morgan

Mantente lejos de Chase.

Sigue así.

—¿Qué significa eso? Yo... por un momento creí que todo esto estaba detrás de él. —dijo en voz baja.

Fue mi turno de mirarlo esta vez con confusión.

—¿Pero qué dices, Mason? Chase jamás haría algo que me hiciera daño. —sus ojos se abrieron un poco más de lo normal y comenzó a reír con cinismo mientras daba pasos lejos de mí. —¿Por qué reaccionas así? —dije un poco molesta.

Llevó sus manos hacia su cadera mirando algún lugar de la calle y murmuró.

—No puedo creer lo ciega que eres.

—¡No soy ciega! ¡Chase me ama y me protege!

—Sí, claro.

—¿Qué está mal contigo? —volteó con molestia ignorándome por completo y comenzaba a dar pasos impacientemente. —¡Mason!

—¡Estoy harto, Morgan! —gritó sobresaltándome. —¡Estoy cansado de tener que fingir que somos unos jodidos primos ante los ojos de ese idiota sólo porque él te hace responsable de sus jodidos problemas! —se acercó rápidamente hasta tomarme de los hombros. —¡No. Es. Tu. Culpa! Es momento de que abras los malditos ojos y entiendas que él sólo se aprovecha de tu bondad y juega con tu mente para mantenerte a su lado. —soltó una carcajada. —¿Qué clase de... enfermo hace eso?

—Mason, detente. —gruñí empujándolo lejos de mí . —Tú no sabes nada.

—Sé lo suficiente para entender que ese tipo no está enamorado de ti. Sabe que eres lo único bueno que tiene y te manipula para que no te alejes de él.

—Él me necesita, no tiene a nadie. —insistí.

—Él sólo necesita rehabilitación.

Pateó una piedra con rabia.

—¡Eres un idiota! —le grité sintiendo un nudo que comenzaba a formarse en mi garganta. —Ya veo la clase de persona que eres.

—¿Ahora yo soy el malo?

—Tú nunca tuviste que pasar por lo que Chase ha...

—Tú no sabes nada de mí. Nada. —me interrumpió bruscamente. Su tono era tan frío que por un momento no lo reconocí. Y fue cuando supe dos cosas. Era cierto, yo no sabía muchas cosas de la vida de Mason y me decepcionó bastante.

Y también supe que había tocado un momento débil de su vida.

—Mierda.

Se quejó en voz baja mientras se acercaba a mí. Quizás vio algo en mi rostro, no lo sé. Pero segundos mas tarde ya lo tenía frente a mi mirándome con preocupación.