Capítulos 20: Abismo

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"AMOLAD es propiedad de The Snipster"

Lourdes llegó a la dirección del hogar del bad boy, recordó aquel día, en que preocupada pensó que su jefe había sido secuestrado, el apartamento era amplio, y la zona era conflictiva, pero ella trajo el coche menos llamativo de la compañía, un Corvett 2020 color blanco. Sentada desde el asiento del conductor pudo observar como Leo entraba con unas bolsas de alimento, ella se bajó del auto y él se quedó en una pieza al verla salir de aquel vehículo con un vestido rosa pálido y unos tacones altísimos negros, pero el cabello siempre arreglado de la chica lucía extraño.

— ¿Qué pasa Lou? ¿Qué haces aquí? — le dijo el chico, cubriéndose con las bolsas plásticas de la comida que había ido a conseguir en el super de unas cuadras, tenía puesto ropa de gimnasio, pensaba irse a correr por la tarde y por practico no se había cambiado, la jovencita se sentía muy cansada, mañana tendría lugar la junta del consejo, y el tiempo estaba encima de ella, como una lapa en su espalda.

— Tenemos que ayudar a Des — le dijo — ¿tienes alguno de los trajes que te di para las galas de Ardent?

Leo recordó el traje Armani, que estaba en su closet, así como el LV azul que fue un obsequio de la jovencita, quien lucia muy alterada, notó que su ropa estaba puesta a la carrera, que había pasado con la siempre pulcra señorita Lovelance.

— Luces...mal — soltó Leo al ver los detalles de su peinado, ocasionando que la chica solo lo observara molesta, había olvidado por completo peinarse y arreglarse bien el delicado vestido de satén, cuando salió de la oficina como alma que lleva el diablo para pensar un plan.

— No hay tiempo en que te fijes en mi apariencia, me vas a dejar afuera o vamos a entrar— le dijo la chica.

El suspiro, abriendo la puerta ella lo siguió, mirándolo profundamente, entrando al departamento del joven, el cual lucia limpio, pero aun así vio ciertas prendas en el suelo, para sorpresa de la jovencita quien solo recordaba un sofá magenta llenó de envolturas, y algunas botellas en el suelo.

— Leo, ¿tú amas a mi jefe? — le soltó de pronto, ocasionando que a este se le cayeran las botellas de agua en los pies, causando un ruido muy gracioso, y provocando que el moreno gritara una grosería, se quedó estático, amar era una palabra muy fuerte, sabia que cuando amas esperas que el otro te corresponda y sea un para siempre, a él le gustaba el millonario, y había traicionado sus planes de venganza, ¿Cuál era su sentimiento por Des?

— Siento que deseo protegerlo, estoy feliz cuando lo veo, pero no se si eso sea que lo amo, o solo que dependo de él — se burló el chico de sí mismo — no te molestes, tú jefe es un controlador.

— Se sinceró, por favor... de lo que me digas depende todo, el futuro de Des depende de ti y de mi — le reclamó la chica, el solo la observo, no estaba entendiendo nada.

— Si, creo que estoy enamorado de él, pero no se si lo amo, aun no convivo lo suficiente para ponerle un nombre a lo que siento — se defendió — Pero debo decir que al menos mi enamoramiento no se pasó después de una borrachera.

— Leo, esto es serio, Tomás quiere destruir a Des, o más bien... ya encontró la forma de hacerlo ¿él te ofreció dinero? — lo acusó, él recordó la forma en que Tomás llenaba ese cheque, regalándole el futuro que él deseaba.

— Si, pero yo lo rechace, al menos un millón de dólares — se quejó, ella se sorprendió, Natt sabía de la relación de su jefe con Leo.

— Él tiene a mi jefe, de alguna forma consiguió pruebas de que ambos están en una relación, Des me dijo que tiene un video sexual de ustedes dos — le dijo, él moreno se enfureció, lo había conseguido, estaba chantajeando a su hombre, en eso se golpeo mentalmente, el plan original era el sufrimiento de Des, entonces, ¿Por qué le dolía?

Miradas (AMOLAD)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora