• I N F O R M A L • yoonmin +18

08

Cada vez estaba más perdido en sus propios pensamientos, ¿Era normal sentir rencor hacia una persona sólo por besar a otra? No sabía lo que sentía, pero no era algo bonito para él. Min YoonGi ya no quería tener contacto alguno con JiMin, ya que sentía que gracias a él, conseguía tener cada vez más conflictos mentales que no lo dejaban vivir tranquilo. Ya no quería mezclar ese rápido momento de pasión, con un intenso sentimiento de, cómo decirlo, amor?

JiMin, dándole cada vez más vueltas al asunto, se daba cuenta de que, por más que no lo pudiera creer, siempre llegaba a la misma conclusión: A YoonGi, él le importaba al menos un poquito.
Y la verdad es que, había algo de razón en esto. YoonGi no era de ponerse tan furioso con alguien por un motivo tan vacío, y menos si este es besar a alguien que ni siquiera era su pareja. El castaño, luego de repetir en su mente una y otra vez la pregunta que le hizo el mayor ("¿dejas que todos los hombres te besen?"), estando en la azotea del edificio, pensó:

"YoonGi no quiere que alguien más me tenga. Me quiere, pero a lo mejor no sabe cómo decírmelo"

Estaba armándose de valor, pues al día siguiente iría con el gerente, para hacerle saber de sus sentimientos hacia este.
Un día antes, a JiMin le llega un mensaje algo inusual, de nada más y nada menos que su ex novio, JungKook.

Chat
JungKook: Quiero hablar contigo, ¿estás libre más tarde?

JiMin: ¿De qué quieres hablar?

JungKook: Sólo ven.

A JiMin le pareció rara esa propuesta; sin embargo, aceptó. Mantenía fielmente la idea de que quedar bien con su ex, era lo mejor que podía hacer. Se vistió acorde a la situación: casual, ya que era un encuentro de amigos, mas no una cita.
Sentado, tomando una taza de café y viendo cómo los minutos pasaban, vio llegar una frágil silueta, a la que estaba esperando desde hace media hora. Cosa que no le molestó, es decir, era Park JiMin, siempre llegaba tarde, ya sabía de antemano que por lo menos estaría media hora esperándolo.

—¿Esperaste demasiado?

Decía JiMin mientras se sentaba al frente de su ex, fingiendo que el hecho de hacerlo esperar le importaba un poco. El menor sólo lo observaba idiotizado, captando cada minúsculo movimiento que el castaño hacía, pareciéndole cada vez más precioso, sin tener al parecer algún límite. Recobrando el aliento perdido por la etérea figura de su amor platónico, se dignó a responder, luego de quedarse en silencio.

—No, no, para nada. Pide lo que quieras, yo invito.

JiMin, sin dudarlo, aceptó, es decir, comida gratis.
Creyó hasta el final en que ese gesto era nada más por amabilidad, creyó que estaba siendo tan gentil con su persona sólo para mantener vivo el recuerdo de lo que alguna vez fue su relación, antes de que Kook se enfocara más en Tae, antes de que la relación se volviera tóxica, aunque siempre lo fue.
Ambos estaban realmente entretenidos, intercambiando ideas y emociones que tuvieron hace mucho, sacándose risas mutuas y causándose gracia el uno al otro, hablando sobre cosas verdaderamente útiles que aprendieron en el pasado. Se lograba percibir una gran conexión entre ellos: la capacidad que tenían para sentirse cómodos con tan sólo hablar, los infinitos temas de conversación que podían surgir en un corto tiempo y el largo rato que podían durar hablando sobre ellos, la sonrisa que ambos tenían; todo eso denotaba cuánto se agradaban.

JiMin no se había sentido de tal forma con JungKook desde hace mucho, ya que este casi nunca tuvo tiempo para él. Ahora, JiMin estaba feliz, pues había hecho de su anterior pareja un muy buen amigo, el amigo que siempre estuvo buscando.
JungKook, también estaba feliz, porque sentía que era el momento, le diría a JiMin lo que sentía, sentía la total confianza para hacerlo y no ser vilmente rechazado.