Married

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YoonGi es de ese tipo de personas que demuestra afecto de una forma poco ortodoxa. Si, odiaba la mayoría de las cosas, era un lobo solitario y disfrutaba de cosas poco comunes a su edad, pero aquello lo había ayudado a posicionarse entre los más listos de la clase.

Varias veces se encomendaba la tarea de escribir un poema en la clase de literatura, y para YoonGi eso era pan comido. Tenía un talento excepcional para la poesía, sin embargo jamás presumía de aquello, porque sería una forma de revelar su tierno interior, y lo que menos deseaba es ser la burla de todos por lo cursi que podía llegar a ser.

No se podía culpar, no poseía una vida envidiable, su círculo de amigos se reducía a Kim NamJoon, era prácticamente invisible ante los ojos de sus padres, siendo confundido por su hermano mayor, el perfecto GeumJae, quien había obtenido las mejores calificaciones en la historia de la escuela, un carácter dulce y amigable, era obvio que muchos estaban tras él, tanto chicos como chicas aspiraban a ser la pareja de GeumJae.

YoonGi solo le provocaba nauseas, había sido un milagro cuando GeumJae tuvo que cambiar de ciudad para llevar a cabo sus estudios en derecho, pero en reemplazo de su hermano mayor, estaba Choi JunHong, un chico de la escuela que no soportaba, sobre todo por ser el amor platónico de su interés romántico. 

Jung HoSeok se había convertido en su primer amor, desarrollando de esta forma una pequeña obsesión. YoonGi amaba cada parte de HoSeok, adoraba esa sonrisa que le dedicaba a todos, expresando amabilidad y bondad. Deseaba tocar los hoyuelos que se formaban en su rostro cada vez que sonreía y comía. Quería besar el pequeño lunar que se hallaba en su labio superior, no había duda de que estaba completamente flechado por Jung.

Una de las cosas que hacía YoonGi para liberar sus sentimientos, era plasmar todo ello en libros y libros de poemas en su honor. Eran poemas bastante buenos, quizás mucho mejores que los de algún poeta conocido, y estaba consiente de ello, mas no revelaba su secreto, era lo más intimo que poseía, y no le diría a nadie sobre su enamoramiento, ni siquiera a NamJoon.

Sin embargo, el constante temor del rechazo provocaba que actuara de forma opuesta con HoSeok, porque si bien, YoonGi era hostil con cualquier persona que se pusiera al frente, se ensañaba aún más con él, intentando no mostrar los verdaderos sentimientos que residían en su joven corazón de diecisiete años.

Los descansos eran generalmente una travesía, ya que no soportaba el hecho de estar lejos de HoSeok, por lo cual lo seguía por toda la escuela, escondiéndose cada vez que el chico volteaba. Le gustaba estar en clases, llamar su atención aunque no fuera de buena manera. A veces le lanzaba bolitas de papel, otras jalaba de su cabello, no le importaba mucho el método con tal de tener los ojos de HoSeok sobre él.

Después de escuchar el timbre que señalaba el horario de ingreso al salón, corrió lo más rápido que le permitieron sus piernas. Llegó como una bala al salón y se dejó caer en su pupitre, haciéndose el dormido para que nadie sospechara de lo que estaba haciendo hace unos momentos.

Sonrió al recordar el rostro bobalicón de HoSeok en el patio, la divertida reacción que había tenido cuando un balón de fútbol lo golpeó, obviamente saldaría cuentas con el sujeto que lanzó el balón, no podía quedarse de brazos cruzados frente al tipo que golpeó a su preciado Hobi.

La sonrisa en su rostro se hizo aún más grande cuando escuchó a Lalisa Manoban llamarlo, sentía celos, era cierto, pero tenerlo cerca era más que suficiente, eso le hacía muy feliz.

Maldijo internamente a todos los que emitían ruidos molestos y escuchaban música, quería escuchar la conversación que HoSeok sostenía con el grupo. Logró escuchar algo sobre el adivinador de origami, y que el resultado dictaría el futuro cónyuge de cada uno. YoonGi era muy incrédulo con esas cosas, no creía en las predicciones, por alguna razón le resultaba algo totalmente estúpido los signos zodiacales, sobre todo porque ninguna de las características de su signo lo definían, aunque claro, a veces se dejaba llevar por lo curiosidad, una cualidad que tanto amaba como detestaba.

Just Married (Sope)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora