"Recuerda, nunca estás solo..."
Desperté como siempre viendo el techo blanco con manchas causadas por la humedad de la lluvia. Buena manera de despertar -pensé.
Odio la lluvia y los climas húmedos, irónico pues vivo en una ciudad donde siempre llueve, aunque contra mi voluntad, por su puesto.
Mi madre y yo vinimos a Crolstan por su nuevo empleo, el cual es todo para ella desde que mi papá nos abandono.
Volví ligeramente mi cabeza para echar un vistazo al reloj que adornaba la pared sucia de mi habitación. 5:00 AM. Un día de mierda como cualquier otro empieza ya...
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-Mamá, ¿no te cansas de los hot-cakes?- Le pregunté al ver que era el desayuno, de nuevo.
-Alis cariño, a una adolescente como tú no debería importarle que su madre le diera hot-cakes como desayuno diariamente. Al contrario, debería encantarle.
-Me encantaría sino fuera diariamente por todo un año.
-Ah vamos, comete y calla. ¡Hoy empieza tu nueva vida como preparatoriana!- chilló con emoción.
Solté un largo suspiro. -Claro mamá, que emoción - dije sarcásticamente.