hit and run ▭ karma akabane

two

||LIKE CANDY: CHAPTER TWO,  BASEBALL||

EL TIMBRE marcó el final de la hora, dando paso al recreo. En el fondo del aula Natsuki suspiró cerrando su libro de texto.

— Bien chicos,— comenzó a decir Koro-sensei acercándose a la ventana con rapidez.— Hoy tengo que ocuparme de unos asuntos importantes, así que tendréis que disculparme.

— ¿Asuntos importantes?— Cuestionó Isogai recogiendo sus libros.

— Así es, tengo entradas para un partido en Nueva York.— Al finalizar la frase se marchó haciendo uso de su super velocidad.

— Podría traernos algo de allí.— Opinó Natsuki acercándose a la mesa de Nagisa.— No sé, algo de beber...

— Somos menores.— Respondió Kaede con una pequeña sonrisa acercándose también al sitio de Nagisa.

— Yo nunca he hablado de alcohol...

— Yo me conformaría con un pequeño llavero.— Opinó Nakamura encogiéndose de hombros.

— ¡O una rubia cañón!— Comentó Okajima con ensoñación.

— Pues no estaría mal.— Comentó Maehara divertido.

Nagisa, Nakamura, Kaede y Natsuki se quedaron quietos en cuanto vieron a Karasuma entrar por la puerta con dos de sus subordinados.

— Señor Karasuma.— Saludó Natsuki, consiguió un asentimiento en respuesta.

— Cómo va. ¿Tenéis alguna pista acerca de cómo matarlo?

La clase se silenció repentinamente:— Bueno, al fin y al cabo somos la clase E.— Natsuki miró a Hazama.

— Di que sí, ese es el espíritu.— Murmuró Natsuki desviando su atención hacia el delegado.

— Señor Karasuma, es imposible.

— No sé puede asesinar a algo que se mueve a una velocidad de Mach 20.— Comentó Mimura con tono aburrido apoyado sobre su mesa.

— En efecto, ningún ejército es capaz de tal hazaña.— Respondió el trajeado.— Sólo vosotros tenéis la oportunidad de hacerlo. No sabemos por qué, pero el insiste en ser vuestro profesor. Si le dejamos campar a sus anchas, no me cabe duda de que el próximo marzo destruirá La Tierra.

» Echad un vistazo a la maltrecha Luna, el próximo marzo, la especie humana estará condenada sin remedio, es demasiado peligroso dejarlo con vida. En estos momentos, sólo en esta clase puede ser asesinado.

[...]

UNA VEZ Tadaomi hubo vuelto a la sala de profesores, Sugino tomó su comida y salió a las escaleras de la entrada con aspecto taciturno. Natsuki se disculpó con sus amigos y salió tras él también con su comida en mano.

Se sentó junto a él en silencio, dio un mordisco a su manzana mirando las vistas, apoyó su mano en el hombro del muchacho dándole un leve apretón, sin embargo la expresión triste de Sugino no se marchó.

Poco tiempo después el sensei apareció con una pelota de béisbol entre sus tentáculos.

— Te la he dejado reluciente.

— Koro-sensei, espere, ¿Qué está comiendo?

— Un coco que me traje ayer de Hawái. ¿Alguno quiere un bocadito?

— Se supone que debe beberlo.— Comentó Natsuki con algo de asco al ver como se comía el coco a mordiscos.

— Ayer hiciste un buen lanzamiento...