Capítulo 17: Crocus.

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Apenas el tren se detuvo, Elizabeth bajó a toda velocidad y besó el piso con desesperación.


—Viejo amigo ¡Nunca te volveré a dejar! —dijo mientras continuaba con su inusual afecto.


—¿Te recuerda a alguien? —preguntó Erza a Gray.


—Jaja, hijo de tigre —contestó en broma.


—A ver ¿Dónde podríamos conseguir una carreta? —se preguntó Erza.


—¡¿Carreta?! —respondieron Let, Kurogane y Elizabeth rápidamente. El sólo pensar en otro "vehículo" les causaba náuseas.


—No me subiré en otra de esas cosas del... Transporte —contestó Elizabeth.


—¡Vamos! —dijo Laxus, jamás lo diría en voz alta pero tampoco quería subir a otro transporte, al menos no por ese día.


Con mochila en mano siguieron el resto del camino a pie. El día era cálido, las aves cantaban y la brisa soplaba, todo iba de maravilla, hasta que...


—¡Meeeeeeen! —se escuchó no muy lejos de ahí.


La pelirroja soltó un gemido y todos voltearon a verla, un hombrecillo de baja estatura y gran melena olfateaba las facciones de Erza con sumo cuidado.


—Un magnífico perfume como siempre "My honey".


Por reflejo la maga lo arrojó al suelo y lo pisoteo con toda sus fuerzas. De repente un enorme barco volador se posó sobre ellos y varias personas bajaron de él, hombres de traje y bellas mujeres.


—No se preocupen bellas damas, también tenemos atención para ustedes —el cortes caballero era un muchacho de unos quince años, sujeto la mano de Elizabeth besándola con mucho cuidado.


—Tu debes ser la hija de Natsu, eres igual de hermosa que tú madre. Meeeeen —dijo el hombrecillo al levantarse.


Mas y más hombres rodeaban a las mangas, sobre todo a Elizabeth, una mueca de disgusto se dibujó en el rostro de Shen y sus ojos cambiaron a dorado sin que él de diera cuenta, antes de tomar cartas en el asunto sintió como alguien se frotaba contra él, supuso que sería alguna de las mujeres que bajó de la nave, giró la cabeza y sus ojos se llenaron de repulsión, un hombre de edad considerable, regordete, calvo y con vestido rosa de aferraba a su brazo con fuerza.


—¡Ahh! Qué fuertes brazos, justo como me agradan —señaló el individuo.


La cara del joven se lleno de terror y soltó un grito ahogado. Una nube de polvo se alzó y antes que pudiera darse cuenta, los aduladores terminaron en el suelo mientras Shen se escondía detrás de Elizabeth temblando y con la cara pálida como un gatito asustado.


—Parece que ya conoces al maestro Bob —dijo Elizabeth.


El regordete se acercó a Kurogane y acarició su rostro de un manera insinuativa petrificando al joven al instante. Let desapareció antes que pudiera posar sus garras sobre él, el hombre dirigió sus mirada al mago fantasmal que se escondía como niño detrás de las faldas de su madre.


—¡Q-que no se acerque! —balbuceo—. ¡Lo voy a hacer pedazos si lo hace!


—Algunas cosas nunca cambian ¿No? —se burló una mujer.


Una bella mujer rubia apareció a lado de Laxus saludando a Erza y Gray.


—S-si, creo que tienes razón —respondió la pelirroja.

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