Capítulo 4. La promesa del príncipe de York.

426 70 136
                                    


El príncipe Aslan sostenía el medallón de jade que estaba tallado con el emblema de su familia entre sus manos sin atreverse del todo a atravesar la puerta de los aposentos de su prometido. La verdad es que estaba asustado desde que el mismísimo tutor de Eiji se había presentado ante el consejo real diciendo que el príncipe de Izumo había despertado por fin y que lo estaba esperando para poder presentarse ante él como era debido.

Ash sentía que su corazón latía más rápido de lo normal puesto que aquella sería la primera vez en la que el príncipe de Izumo y él estarían frente a frente, al menos después de que sus memorias habían sido borradas. Estaba nervioso pero también seguía sintiendo dentro de él aquella ansiedad dulce que su corazón no parecía ser capaz de olvidar. Porque quería ver a Eiji, quería verlo y poner sobre su pecho aquella joya que tenía en sí el mismo color de su mirada y que simbolizaba de una manera física la unión que existía entre él y entre el príncipe de los dragones.

El príncipe de York suspiró de forma profunda diciéndose que era una tontería estar nervioso. Shorter ya se había burlado lo suficiente de él mientras los sastres del reino lo vestían con aquel traje blanco que se ceñía a su cuerpo de forma perfecta y la capa dorada que se confundía con su cabello. Ash sabía que había sido un error terrible haberle preguntado a su mejor amigo si lucía bien pero es que no había podido evitarlo. Solamente quería ser agradable para Eiji. Solamente quería que en los ojos del príncipe de Izumo se hiciera la luz al mirarlo.

—Alteza, ¿por qué no pasa?— dijo el tutor de Eiji quien en ese momento salía por la puerta de los aposentos de su prometido con una sonrisa pacifica en sus labios.

—Yo, bueno...— dijo Aslan intentando que su nerviosismo no se notara tanto.

—El imbécil debe tener miedo, es un cobarde— dijo una voz cortante y Ash no pudo evitar poner los ojos en blanco al mirar al dragón quien aquella mañana lucía distinto, más poderoso si era posible para una criatura como él.

—Yut-Lung, esas no son las formas correctas de dirigirte al próximo rey de York— dijo el señor Ibe de forma amable—. Él será el rey del imperio y el esposo de Eiji, debes empezar a honrar la unión de tu compañero eterno ¿no crees?

—Antes muerto que inclinarme ante este futuro rey idiota— dijo el dragón sin siquiera mirarlo— ¿vas a pasar o no?

— ¿El príncipe ya está vestido... es decir, listo?— dijo Aslan y sus mejillas se cubrieron de rubor cuando se dio cuenta de la clase de idiotez que había dicho.

—Sí, alteza, el príncipe está listo para recibirlo— dijo el señor Ibe reprimiendo una sonrisa divertida—. Vamos Yue, el sacerdote Griffin nos espera en su observatorio. Debemos revisar ciertas cartas astrales, la diosa de la luna parece estar enviándonos mensajes a través de sus hijas menores de luz.

— ¿Cuáles cartas astrales?— preguntó Yut-Lung con sorpresa.

—Yue, por favor— dijo el señor Ibe con calma—. Podemos dejar a Eiji al lado de su prometido ¿no crees? Si es su majestad quien está con nuestro príncipe, nada malo puede suceder...

—Su majestad nació y nada peor puede sucederle a Eiji después de eso, tienes razón— dijo Yut-Lung fulminando a Aslan con su mirada llena de magia—. Voy a matarte si haces que sienta dolor ¿entiendes? Trátalo bien y ni siquiera se te ocurra tocarlo porque lo sabré y haré que la diosa de la luna te haga volver al mundo una y mil veces para ser yo quien pueda torturarte en cada vida en la que nos encontremos...

—Yue...— dijo el señor Ibe tomando al joven dragón del brazo—. Deja de decir tonterías, si su majestad quiere estar cerca de nuestro príncipe, es su pleno derecho hacerlo. Aunque debe ser comprensivo y suave con Eiji, alteza— dijo el señor Ibe dirigiéndose a Ash—. Fue una noche intensa para todos, nuestro príncipe está muy triste y no quisiéramos que su tristeza aumentase más.

King of my heart.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora