Capítulo XI

608 47 0
                                    

A mitad de la noche Merlín siente una extraña sensación. Magia se propaga en el reino y no sabe como o porque.

—¿No puedes dormir?— le pregunta Gaius al joven azabache que bajaba por las escaleras de su habitación

—Algo me despertó— contestó aún extrañado.

—¿Qué?— preguntó Gaius sin desviar la mirada de sus anotaciones y pergaminos.

—No se... Una sensación— se sentía preocupado. Gaius lo miró curioso.

—¿Que clase de sensación?— le preguntó, temía su respuesta.

—Magia poderosa aquí en Camelot— su conversación se vio interrumpida por la entrada de Gwen —¿Qué pasa Gwen?—

—Mi padre a sido arrestado— hablaba angustiada —El rey dijo que hacía armas para un hechicero ¡Lo acusaron de traición!— ambos hombres se quedaron perplejos.

Merlín se cambió rápidamente y corrío para buscar a Arturo. La piedra de su cuello brillaba, Selenia le estaba llamando; ella también había sentido el poder de esa magia.

Merlín llegó a la habitación de la princesa, la puerta estaba abierta y ella estaba parada frente a su ventana.

—También lo has sentido ¿no es así Merlín?— le preguntó la pelirroja sin quitar la mirada del cristal.

—Si... El padre de Gwen fué arrestado culpable de ayudar a un hechicero— le dijo Merlín.

Ella tenía su dedo índice sobre sus labios, estaba muy pensativa. —Debes ir a hablar con Uther, es tu padre... El te escuchará— Selenia se volteo viendo al azabache y asintió, no se notaba muy convencida.

—lo intentaré... Si sabes algo más sobre ese hechicero, házmelo saber— Selenia se coloco una capa verde, hacia frío aún dentro del castillo y se acercó a Merlín —No tengo un buen presentimiento...—

El azabache tomó su rostro acariciando su mejilla con sus nudillos —Todo saldrá bien... Lo prometo—

La pelirroja asintió y beso su mejilla para irse a buscar al rey.

En el pasillo encontró a Morgana, estaba enfadada. —Morgana— le habló, la otra chica la miró y se acercó a ella. —¿Qué ocurre?—

—Uther es necio, no quiere escucharme... Quise ayudar al padre de Gwen y el se aferra a la idea de acabar todo lo relacionado con la magia, ni siquiera escucho a Arturo—

Los ojos esmeralda de Selenia miraban à Morgana con atención, ella aún así intentaría persuadir al rey —Lo intentaré, hablaré con Uther...— Morgana asintió tomando sus manos.

—Gracias— dijo ella y Selenia se encaminó donde estaba Uther y Arturo.

Tocó la puerta —Pase— y con eso entró.

El rey miró sorprendido a su hija así como Arturo —Selenia... ¿Qué pasa?— le preguntó Uther.

—Padre, se lo del herrero... Por favor, no hagas una locura... El es inocente, quizás lo engañaron— el rey alzó su mano callandola.

—Como dije! Debemos cumplir la ley en Camelot! Ni siquiera tu me harás cambiar de opinión!— Uther iba a irse pero Selenia lo tomó del brazo haciéndolo enfadar, ella se coloco en una rodilla.

—Por favor, no mates a un inocente...— lágrimas salían de sus ojos, Arturo estaba conmovido pero el frío corazón del rey no se inmutó.

Jalo su brazo haciendo que ella cayera de espalda al suelo —¡Una princesa jamás debe arrodillarse pidiendo perdón por un traidor!— le grito el.

LADY Pendragon [EDITANDO] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora