Capítulo 9

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Nop, ahora nos vamos con Naru y Dei después de irse de la casa de los azabaches n.n

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Sin más los dos rubios, ya más tranquilos, se encaminaron hacia su casa hablando de lo que había sucedido ese día. Además de que el rubio menor le recriminó a su hermano el que no haya podido llevarse el trabajo por el que había ido inicialmente a la casa del azabache menor.

Los dos rubios habían llegado ha su casa. Eran pasadas las 10 de la noche cuando por fin llegaron pero nada más abrir la puerta una mata rubia pasó como un rayo y apretó fuertemente al rubio kitsune entre sus brazos.

-¡Naruuu~!-gritó un rubio también de ojos azules mientras abrazaba aún más fuerte al menor que ya sentía que le faltaba el aire.- ¿¡Por qué tardabas tanto?! ¡¿No te pasó nada verdad?! ¡Dile a tu papi si alguien te hizo algo que lo mato?!-siguió gritando y sollozando sin darse cuenta del estado de su hijo menor.

-¡Minato! ¡Suéltale que le estás dejando sin aire!-gritó ahora una pelirroja de ojos jade mientras le daba un fuerte golpe al rubio mayor en la cabeza con un cucharón.

-¡Papá, suéltale!-gritó a su vez el rubio pelilargo mientras también le golpeaba pero con la mochila de clase y en un costado del cuerpo.

Ante esas dos agresiones el mayor soltó al kitsune mientras se quejaba por la fuerza puesta en los golpes de su hijo mayor y su esposa.

-¡Itaaeee!-se quejó.- No teníais por qué golpearme tan fuerte.-siguió quejándose mientras hacía un leve puchero y se arrodillaba en el suelo con un aura depresiva a su alrededor.- Si es que ya no respetan a sus mayores...snif... ya no me quieren... snif...de Kushina lo esperaba pero de Dei no... snif... ya no merezco vivir...-comenzó a murmurar mientras el aura negra a su alrededor aumentaba y hacía circulitos con un dedo en el suelo.

A los tres presentes se les resbaló una gotita por la sien al ver lo infantil y dramático que podía ser el rubio mayor en algunas ocasiones.

-Papá...-le llamó el lindo kitsune mientras se arrodillaba a su lado. Ante el llamado el mayor volteó a ver a su hijo menor con lagrimitas en los ojos.- Sabes que tanto Dei-nii como Oka-san te quieren mucho pero si dejasen de quererte no te preocupes que yo siempre lo haré ¿nee?-le dijo dulcemente mientras le sonreía.

El mayor ante esto soltó un par de lágrimas más y se lanzó a abrazar al menor.

-Ese es mi niño. Tú siempre querrás a papi ¿verdad?-siguió llorando mientras le abrazaba. El rubio solo asintió y abrazó a su padre mientras le daba palmaditas en la espalda para consolarle.

Los otros dos solo suspiraron al ver esa escena.

-¿Y dónde estaban?-preguntó la mujer al rubio pelilargo ignorando a su marido que seguía llorando en brazos del menor.

-Bueno... yo quedé con Itachi y Naru...-paró un momento al no saber muy bien como seguir. Su padre era muy sobreprotector con su hermanito (no que él no lo fuera pero el mayor era aún peor) y por lo tanto no podía decirle que su precioso bebé ya tenía pareja.

-Yo estuve con los chicos pero olvidé un trabajo y tuve que ir a buscarlo, por eso se me hizo algo tarde. Gomen nee.-dijo el menor al ver que su nii-san no sabía muy bien que decir.

-Sokka, sokka.- dijo el rubio mayor para soltar finalmente al menor y levantarse.- Entonces no pasa nada pero tienes que tener más cuidado la próxima vez ¿si?-le dijo dulcemente mientras le acariciaba levemente los rubios cabellos.

-Hai, Oto-san.-respondió este con una gran sonrisa. En ese momento un leve olor le llegó al mayor de los dos.

-Naru...-susurró.

Respuesta a una confesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora