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Yoongi tomó aire, observando sin muchas ganas a aquel joven omega que hablaba animadamente frente a él, con amplias sonrisas y muchos gestos de mano. Ni siquiera recordaba su nombre.

- Y dime Yoongi-ssi... ¿Como se llamaba tu cachorro? ¿Que edad tiene?

Seguramente se habría saltado la pregunta de no ser por que escuchó que mencionaba a su hijo, motivo por el cual le volvió a prestar atención. Era realmente el único motivo por el cual seguía sentado allí, pues la mayoría de citas a ciegas con las que se sentaba se levantaban apenas descubrían que tenía un hijo. Algunos se excusaban con que se iban al baño y no volvían, otros decían directamente que todavía no querían tal responsabilidad. Y no les culpaba. Solo unos pocos habían seguido hablando con él tras descubrirlo.

- Chinmae... Tiene ya siete años.

Aquella escueta respuesta no pudo ocultar una leve sonrisa por parte de Yoongi, la cual su compañero captó enseguida, enternecido.

- A esa edad suelen ser algo trastos.

- Bueno, Chinmae es más bien testarudo, pero tranquilo. Aunque es muy serio para su edad. Por desgracia, creo ha sacado eso de mi.

El otro chico dejó escapar una sonora carcajada que a Yoongi no pudo sino recordarle irremediablemente a un limpiacristales, y que por poco no le sacó una sonrisa. Era contagiosa.

- Ya veo, ya veo - logró decir aún entre risas, visiblemente divertido - Espero aunque sea que no sea tan distraído como su padre.

- ¿Disculpa? - preguntó alzando ambas cejas ante tal comentario.

- No es por nada, Min Yoongi-ssi, pero no creas que no me he dado cuenta de que no has escuchado absolutamente nada de lo que he dicho en este rato.

Aquel omega no parecía enfadado, más bien amablemente paciente. Pero Yoongi, al escuchar aquello, no pudo sino morderse inconscientemente las uñas, para finalmente detenerse y tomar aire, perdiendo aquel intento de sonrisa que se había formado antes.

- Yo... Lo siento... - murmuró apenas, rascándose la nuca inconscientemente - Es que esto de las citas a ciegas no es lo mío.

- Ni te preocupes, es comprensible - respondió comenzando a rebuscar entre sus bolsillos hasta sacar una tarjeta y tendersela - Si alguna vez necesitas hablar, no dudes en llamar. Últimamente no estoy muy ocupado.

Yoongi alzó una ceja, tomando la tarjeta, sencilla y elegante, de buena calidad, donde ponía el numero de teléfono y el mail, además del nombre, detalle que agradeció porque realmente no lo recordaba. "Kim Seokjin".

- Mira... Yo, no creo que haga falta, además... No creo que vaya a volver a estas citas, no creo que entre tu y yo funcione, y...

- No te lo estoy dando para una cita, sino para hablar o lo que necesites - le cortó Seokjin rodando los ojos, entre divertido y exasperado, para finalmente sonreirle coqueto, apoyando su mentón en la mano - Además, tampoco eres mi tipo. Me gustan los alfas más altos que yo.

Ante tal inesperado comentario no pudo sino abrir en desmesura los ojos, sin saber si molestarse o no. Pero finalmente prefirió no alterarse.

- Lo que tu digas... Aunque... gracias, lo tendré en cuenta - murmuró guardando la tarjeta mientras se ponía en pie - Invito yo.

- Pues va a ser que no - dijo inmediatamente Seokjin, dejando él el dinero en la mesa, causando que Yoongi le mirase confundido - Déjame invitar a mí, y de paso le compras algún regalito a tu cachorro.

Ambos sabían que no hacía falta que Seokjin invitase para que le comprase algo a su pequeño, sin embargo una leve sonrisa, casi imperceptible apareció en el rostro de Yoongi, agradecido por aquel pequeño gesto. Seokjin se despidió, saliendo directamente de la cafetería en la que se encontraban una vez se aseguró de que el camarero había visto el dinero.

Flores Para Todos Los Niños - {{ Sope - Omegaverse }}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora