Neones [Parte 3]

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Cartagena ─ Colombia
12:33 p.m.

Pov. Calle.

Desde que llegó, una conexión magnética me hizo mirarla a través de toda la gente y después no pude quitarle la vista de encima. Con su cabello azul turquesa y su carita tierna, llamaba la atención de cualquiera, pero no parecía notarlo. Caminaba distraída con una niña muy parecida a ella, pero pronto la dejo sola y pude verla con más detenimiento, me causaba intriga, tenía un porte rebelde, desenfadado, casi como si no le interesara quien la estuviera mirando como yo en este momento, y cuando se acomodó en aquellas sillas, me dio mucha más curiosidad.

Debajo de la capa tejida traía una ropa de baño de color blanco con palmeras regadas por todas partes y un escote que me dejo sin palabras. Era hermosa y de algún modo tan irreal, era como ver a una de esas criaturas mágicas de las que hablan los cuentos, a las que puedes encontrar una sola vez en la vida. Quería conocerla, saber por qué me causaba este sentimiento tan extraño de atracción y pertenencia.

─ ¿me estas escuchando? ─ oigo decir a Mario tronando los dedos cerca de mi rostro ─ ¡Calle!

─ Ay ─ me quejo quitándome los lentes de sol y me siento más recta en la silla, pero no lo miro. No puedo despegar mis ojos de ella

─ ¡Calle! ─ me grita de nuevo

─ ¿qué?

─ que te estoy hablando hace media hora y no respondes ― se queja

─ y ya veo porque ─ comenta Sebastián divertido siguiendo mi mirada

Mario lo mira confundido y Sebas le indica a la chica al frente de nosotros mientras me pregunta ─ ¿Quién es ella? ¿la conoces?

─ uy si, preséntamela

Pongo los ojos en blanco.

─ te gusta ─ me dice Sebastián en voz baja, pero de igual manera Mario lo escucha.

Hace tiempo que mis amigos sabían que era bisexual y no había problema, pero Mario siempre molestaba de más.

─ ¿te gusta? ― pregunta divertido provocándome.

No respondo. A veces me preguntaba cómo es que me había vuelto amiga de estos dos.

─ ¿eso es un no? ─ pregunta Mario de nuevo y una sonrisa maliciosa se forma en su rostro mientras frota sus manos tramando algo ─ entonces si quiero puedo ir a conocerla ¿verdad?

Dice y empieza a caminar en su dirección rodeando la piscina

─ ¿De qué hablas? ─ pregunta Sebastián con una ceja levantada.

─ de que voy a conseguir su nombre ─ dice guiñándonos un ojo muy seguro de sí mismo

─ Mario, no ─ lo detengo.

─ si ─ se ríe Sebastián dándome la razón ─ de seguro te manda a volar de una.

Mario suelta una carcajada ─ ¿Quieren apostar?

─ a mí no me metan ─ digo cansada, estos dos ya me tenían harta con sus apuestas tontas desde que llegamos

─ ¿el último, paga la cena? ─ provoca a Sebastián y este no lo piensa

─ ok, pero veamos quien consigue el nombre primero

─ Está bien ─ acepta Mario

─ ni se les ocurra ─ los amenazo, pero él empieza a correr y Sebastián sale detrás suyo.

Ushh que rabia, nunca me hacían caso para nada. Yo también quería conocerla, pero esa no era la forma.

Ambos rodean la piscina y cuando desvío la mirada hacia la chica de pelo turquesa, la veo acercarse peligrosamente a la orilla mientras habla con una niña pequeña, se había puesto de cuclillas para estar a su altura y su expresión es tan dulce que me pierdo en ella, pero poco después recuerdo al par de idiotas que habían salido en su busca y me quedo petrificada.

Bajo la luna 🌙 [Caché] || One Shots [TERMINADA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora