Capítulo 5

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     Oscuridad, vacío y forcejeos podía ver James en su oscuro sueño.

     Una voz, una de un hombre que le era familiar.

     Sentía su cara arder del dolor. Manos y pies estaban atadas dejándolo de rodillas en el piso, sentía su ojo derecho hundirse por la fuerte inflamación que tenía en el párpado.

     Otro fuerte golpe más cae sobre él sin poder soltarse...

• • •

     El domingo no fue un día tan movido como lo había sido el sábado. Darren había llamado al teléfono de Nova para exigir alguna razón del por qué le abandonó misteriosamente en el club. Ella no le contestó, no tenía mente para inventarse una buena excusa después del revoltijo de emociones que estaba experimentando después de aquellos besos que se dió con James en la entrada del Nebulosus Club la noche anterior.

     Se convenció a sí misma de que tal vez James estaba ebrio y por eso la besó de esa forma. Eso le decepcionó muchísimo más colocando sus ánimos más allá del subsuelo utopiano.

     ¿No podía ella ser tan atractiva para los ojos de aquél hombre?.

     Ella quería serlo, su corazón le gritaba de querer serlo. Quería quitárselo a esa tal Evelyn, quería que él la besara nuevamente de la misma forma que hizo en las afueras del Nebulosus Club. Esos besos posesivos llenos de pasión y ardiente deseo, esos que pedía a gritos que tomaran todo su cuerpo, esos labios que más nunca volverá a besar.

     Se detuvo un instante frente el ascensor de la comisaría, tenía que dejar de torturarse tanto la mente con eso y concentrarse más en sus horas laborales. Lo que pasó con James quedó solo en ese sitio, eso no volverá a suceder, no pasaría siquiera lo que soñó en las pocas horas que pudo conciliar el sueño.

     Recordarlo le hacía sonrojar las mejillas, aquel sueño en el que se había visto a ella teniendo intimidad con James. Habría sido el primero con él desde que está aquí en Utopía. Eso le hacía sentir más extraña e incómoda de lo que ya estaba.

     Las puertas del ascensor se abren cuando ha llegado a su piso de trabajo, caminando apresuradamente para pasar por desapercibida, como si todos hubiesen visto lo que había pasado el sábado por la noche con su compañero de trabajo y fuesen a recordárselo durante todo el periodo laboral.

     Gia fue la primera en toparse por el pasillo con ella, caminando hacia Nova muy pomposa. Su corazón latía salvajemente por el miedo de encontrarse a James por aquí. Ni presta a que ésta muchacha cabellos blanquecinos venía en realidad para coquetearle.

     —¡Hola, preciosa Nova! —exclama Gia, deteniéndola en pleno pasillo, ignoraba la notable ansiedad de la muchacha cabello rosa—. Luces muy bien. ¿Qué tal fue tu fin de semana?

     Nova miraba hacia todas las direcciones rápidamente como si él fuese a aparecer de la nada frente a ellas. Sintió un alivio que Gia no le preguntara el porqué estaba ella así.

     —Nada fuera de lo normal —miente al igual que su sonrisa fingida—, quedarme en casa, leer libros y contemplar la ciudad desde la ventana.

     —¡Ay, que aburrido! —dice arrugando la nariz como si oliera algo mal en el pasillo—. Debemos salir este fin de semana entonces. ¡Salida de chicas!

     Exclama entusiasmada mostrando una sonrisa de oreja a oreja mientras daba unos pequeños y rápidos aplausos. En realidad a Nova no le quedaban más ganas de salir los fines de semana a otra disco por lo ocurrido del sábado pasado. Gia deja de sonreír un poco mirando detrás de Nova como si viese a alguien más volviendo a sonreír, una sonrisa llena de vida como si hubiese visto a la persona más importante de su vida.

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