CAPÍTULO 1: (Nat)

392 15 2
                                    

Sí, soy Natalia y hoy es mi primer día de instituto. No soy nueva en esto de mudarme, pero siento nervios, al pensar que no conozco a nadie, en que tengo que hacer amigos nuevos y a la vez dejar a los míos de Madrid, para quedarme en Sevilla.

La razón por la que me mudo es porque mi madre ha entrado en la cárcel y no me puedo quedar con mi hermano de 18 años y su novia, ya que soy menor de edad y tengo que estar con mis padres, así que, me he venido a Sevilla, con el exmarido de mi madre, mi padre, lo odio, maltrató a mi madre y ella no se daba cuenta, hasta un día que la intentó ahorcar, de no ser por mi hermano puede que mi madre hubiese muerto, solo la maltrataba cuando estaba drogado o cuando estaba muy bebido. La policía me ha dicho que me van a tener muy vigilada, aunque hace ya un par de años que está con tratamientos y con psicólogos para dejar de drogarse y para dejar de beber. 

Estoy esperando a mi padre en la puerta del piso, para que me dé la copia de sus llaves parayo tener una llave propia. Va ha ser muy doloroso verle de nuevo, ya que hace casi 5 años que no sé nada de él.

Escucho pasos fuertes de la escalera, acercándose al piso número 5, donde me encuentro yo. Subí también por las escaleras porque el ascensor está estropeado, como es de esperar, en este espantoso piso.

Viene hacía a mí, ese hombre, llamado David, mi padre, con su barba morena y canosa, y su pelo..., bueno, no puedo opinar de su pelo, es calvo. Suelto una pequeña carcajada, al pensar eso y mi padre me mira.

-Hola... Pap...

Me abraza fuerte, antes de dejarme acabar la frase.

-Te he echado mucho de menos, sabes...

Sonrío, porque no sé que decir, pero le abrazo.

-Oye, tengo hambre, ¿qué tienes para desayunar?

-Pues... ¿quieres tortitas?

-Sííííííííí.

                     +                                     +                                 +


Son las 12, es la hora, me detengo frente al instituto y la verdad, es muy bonito.

Suena el timbre, voy subiendo por las escaleras a la segunda planta, cuando me quedo mirando una pintura preciosa que hay en la pared. De pronto, se acerca una chica bajita, con el pelo corto, rubia, guapísima, se me agrandan las pupilas al verla, es preciosa.

-¿HOLA? ¿HOLA?

-Hay sí, lo siento, me he embobado... Por tu culpa... Eres guapísima...

-Mmmm... Gracias...

Estoy notando como se ha puesto nerviosa y como se ha sonrojado por el comentario que acabo de hacer.

-Lo siento, si te he ofendido.

-No, que va, para nada.-suelta una pequeña carcajada de nerviosismo-Bueno a lo que iba... Soy Alba, ¿tú eres Natalia?

-Sí, soy Natalia.

-Vale, menos mal, que no me he equivocado, con lo despistada que soy... A ver, me ha mandado la directora que te enseñe el instituto y voy a empezar por este cuadro, que he visto que te ha impactado.

-Pues sí.

-Esta obra, es creada por una alumna del instituto, que ahora acaba de pasar a primero de bachillerato, de artes.

-Alaaaa.

-Sí, esa alumna... Soy yo.

-¿De verdad?, pues felicidades.

-Muchas gracias. Bueno sigo enseñándote este instituto...

-Sí.

CONTINUARÁ... 


PAUSEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora