Capitulo 23 Dorian Evans

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"Rostros en mis sueños de extraños desconocidos

Me recordaron que no puedo cambiar el tiempo

Espíritu recorren las calles abandonadas

Mi ciudad natal nunca se sintió como un hogar

Por que he ido demasiado lejos."

Andy Black- Ghost in Ohio

*Dorian*

Si mis ojos dieran crédito a lo que veían ahora mismo. El cielo era demasiado azul despejado, no había ninguna nube que lo empañara y el sol era el más brillante que jamás haya visto. Me costaba un poco abrir los ojos. No me molestaba, a decir verdad, nunca me había sentido tan a gusto y esperara que esto nunca acabara, podría estar aquí eternamente.

Dorian Evans Había muerto...

Era una tarde como ninguna otra en el parque, Recostado sobre el pasto húmedo en tanta paz. Me pareció de lo más refrescante y relajante para mi gusto. El viento soplaba con una suave caricia moviendo al unísono las copas de los árboles. Había pájaros revoloteando y cantando alegremente mientras podía ver las personas caminando, sonrientes alrededor de un kiosco hexagonal color perla, se reconocían entre sí, se saludaban con un beso o palpada en el hombro como en un día normal, pero sigue habiendo algo diferente. Algo que ya han dejado de hacer los humanos. Hay un saludo sincero. Se veían muy felices, muy etéreos. Como si fuese mi paraíso particular.

No entendía por qué la muerte me había traído a este lugar tan lleno de paz, si este era el paraíso que me esperaba o si solo se trataba de una broma de su parte.

Sabemos que a dónde van los demonio al morir no es exactamente un parque de diversiones o el mismo edén.

Yo desentonaba en este lugar, yo no merecía estar aquí, y por otra parte mucho menos deseaba marcharme.

Por más a gusto que estuviera debía hacer un esfuerzo por levantarme, encontré mi cuerpo extremadamente liviano, no me pasaría toda la tarde o día tendido en el pasto, tenía ganas de dar un paseo y explorar un poco el terreno, a donde me llevaría este lugar, de todas formas, dama la impresión de que tenía todo el tiempo del mundo...

Pero... ¿Por dónde empezaría?

Camino lento, sin prisas por el parque, alrededor del quiosco aperlado, puedo darme mi tiempo, mirando a las personas, a las parejas sentados en los bancos jurándose amor eterno. Solo observo sin morbo como se regocijan en su propia compañía. Hasta me parece adorable. Incluso no me había detenido ni a ver las flores amarillas que había en las jardineras; había rosales, gardenias, tulipanes y girasoles. Había también árboles frutales de todo tipo e incluso había una fuente con peces de chapoteando en el agua cambiando de colores de forma camaleónica.

Continúe caminando, parece que no he llegado nada lejos, vuelvo a llegar al kiosco, dama la impresión de que mi paseo nunca tendría fin pero siempre había algo que cambiaba. El lugar está un poco más concurrido, las familias tienen un picnic, mientras los niños corren y juegan entre ellos. Es casi imposible no sentir algo de nostalgia. ¿Por mí? No por supuesto que no, no es que tenga recuerdos de haber tenido una infancia, algún creador o padre. Una vida normal me parece un chiste.

Es como si volviera a la Casa Olivares, quizás mucho antes...

"¿Doctor Evans?"

Estos niños, esta nostalgia....

"¿Por qué un doctor?"

Mire hacia un lado, y al otro, de donde provenía esas palabras, miraba hacia arriba en vez de abajo. Era un niño de tez blanca y pelo castaño de vestimentas blancas que sostenía una pelota roja. Tuve que agachar la mirada para poder estar a su altura.

Cenizas de un conjuro ( La Era de la magia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora