Era una noche sumamente tranquila, una noche a la cual le faltaba acción. Acción para una chica como yo. Una joven niña mágica, en ese bar te veía en cada espejo, en cada reflejo de cada vaso que asechaban mis ojos. Ya no quiero, ya no quiero verte mas, quiero dejar de buscarte en ese trago que nunca tome. En cada rincón en el que nunca estuve... Tal vez nunca exististe, pero mi amor... Fuiste mi mejor invento.