Despues de tanto tiempo

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Pasaron 4 años, 4 largos años en los que sin pensar intenté encontrarlo pero me di cuenta que nada más pasaría entre él y yo.
Sería solo un pequeño cuento de hadas pero sin su final feliz, el príncipe apuesto no se casaría con la plebeya, no en mi cuento.

-Hola lindura-Escuché la odiosa y gangosa voz de Patan

-Hola Patan-Dije con Asco

-Oye ¿podríamos repetir la cita de la otra ves?-

-Patan eso no fue una cita solamente me acompañaste por provisiones y fueron unas horas-Dije con desagrado

-Vamos yo lo vi como una gran cita que debería repetir-

-Astrid, ¿tienes monturas de caballo de piel?-Se escucho la voz de un chico detrás de Patan

-Oh Erick claro que si, aquí las tienes-Le entregó la montura-Esperó que sean de tu agrado, mi padre viajo mucho por esas pieles nuevas

-Claro Astrid tú y tu padre nunca me decepcionan-se notaba la mirada seductora y tierna de aquel apuesto chico, quien vestía con una ligera armadura y detrás de él un caballo castaño quien hacía contraste con el cabello color negro de el chico

-Me alegra mucho Erick-Astrid volvió a lo suyo acomodando algunas cosas en la tienda

-Astrid, ¿puedo saber cuándo aceptarás salir?-Pregunto Erick ante la mirada atónita y furiosa de Patan

-Pues Erick tú sabes, en este momento no me siento bien para intentar algo-Se notaba la miraba triste de Astrid

-Vamos Astrid todos sabemos que tienes una capa de anti hombres desde hace años, ya es hora-El tomo la mano de Astrid- de darte una oportunidad- Créeme no te arrepentirás

-No lo sé-Astrid lo dudo por un momento

-Claro que si Hijo, pasa por ella a las 8 hoy-interrumpió el padre de Astrid tomando la mano del chico

-Claro que si señor Hofferson-se fue el chico

-Por Dios papá, ¿qué demonios haces?-Se notaba el enojo en la cara de Astrid

-Hija eh escuchado como rechazas chicos durante años, no te quiero tener aquí toda la vida, quiero que salgas no todo es esta tienda, ni siquiera quisiste ir a entrenar a el castillo, tan entusiasmada que estabas-

-Papá yo no quería si?, las personas cambian de opinión

-Pues vas a salir con ese muchacho y punto final-Dijo el hombre dejando a la chica ahí

-Agh papá

Ese día pasó tan rápido como comenzó y llegó la hora que no quería, las 8 de la noche, el sol empezaba a bajar y escuché el caballo castaño del chico quien había estado pretendiéndome durante años, desde que éramos niños recuerdo a Erick regalándome flores.
Los padres de Erick fallecieron y quedó al cuidado de su abuela, ellos eran muy buenos amigos de mi papá por lo cual él siempre a querido que este con el,es algo lindo es tierno pero mi padre no puede obligarme.
Salí sin ganas y él lo noto pues de inmediato empezó a bromear como cuando éramos niños.

-Bebe Astrid está enojada?, su papi la obligó a salir conmigo?-Dijo con una voz de bebé muy molesta

-Cállate el no me obligó esta bien?, solo me impulso-

-Lo que digas

-Oye,¿Crees que no quería salir contigo?-

-Astrid tengo años queriendo salir contigo y solo salimos cuando tu padre dijo?, que quieres que piense?-Entre broma y broma se noto un aire de tristeza

-Vamos Erick disfrutemos esto si?

-Te tengo preparado algo, sígueme.-

Me llevo hacia arriba de una colina en donde estaba una pequeña canasta que de ella salieron unas ricas tartas que de inmediato reconocí, eran las tartas de su madre, reconocí ese exquisito olor que de inmediato hizo reaccionar todas mis papilas gustativas y en cuando hizo un ademán con su mano me puse a comer.

-Por Dios Erick son riquísimas-Dije con una en la mano

-Gracias jaja, al parecer tengo su don por la cocina

-¿Tú las hiciste?-Dije con aire de asombro

-Claro jaja-Se sonrojo

-Están riquísimas-

Después de eso nos pusimos a recordar cada una de nuestras aventuras de niños, todas las veces que su madre nos hizo de comer, o cuando nos escapábamos según nosotros aunque siempre terminábamos volviendo por la rica comida de su madre.
Mirándolo me di cuenta de lo mucho que habíamos crecido, de lo mucho que había crecido, me reí de la barba que estaba saliéndole que de alguna manera lo hacía parecer lindo. Me di cuenta que en todos estos años nunca me di la oportunidad y en verdad me estaba divirtiendo, me sentía muy bien con el, me hizo sentir muy bien.
A mitad de la noche me dio un pequeño beso en la mejilla cual no rechacé por el contrario de que fuera otra persona, pero era el, mi mejor amigo de niños, el niño que mordía mis blusas y rompía mis juguetes.
Era el quien ahora vi como hombre,
Y después de mucho tiempo vi a alguien diferente creo que si me diera una oportunidad con alguien fuera me encantaría que fuera con el...

Te necesito|HiccstridDonde viven las historias. Descúbrelo ahora