Auction ➵ KookMin 국민

Alerta roja.💰

— ¿Segura que llevarás éste plan a cabo junto con nosotros, Momo?

— Es arriesgado, princesa, se involucran armas, bombas, balas, sangre, no creo que quieras manchar tus manos de porcelana en ésto, y menos por venganza, ¿O si? — Rió burlón.

— Es mi decisión, cariño, y sí, lo haré y más que nada por ese chico chismoso, ugh, me da asco de sólo recordar su-

— Sí ya entendimos, deja de quejarte, ahora, firma aquí.

— ¿Mi firma? ¿Para qué mierda necesitas mi firma?

— Es por si te llegas a hacer la víctima, aquí no queremos a una persona que lance la piedra y después esconda la mano — Dijo firme aquel hombre de cabellos negros.

— Bien, bien — La rubia suspiró y virando los ojos firmó.

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El día llegó.

Los padres de Jimin regresaron a la mansión de Jeon, en busca de su hijo menor.

— Escúchame bien, Jimin, los recibiré, les diré que no estás más aquí, y es todo, no necesitas bajar a verlos, ¿Está bien?

— Pero Kook, yo ne-

— Se puede poner fea la cosa si es que llegas a bajar, no les conviene ni a tus padres, ni a ti, así que quedate aquí arriba, ¿Entendido? — Jungkook preguntó por última vez verificando si Jimin había acatado las indicaciones.

Jimin suspiró y después asintió.

— Está bien Kookie.

— Muy bien, así me gusta cariño, regreso en unos minutos.

Jeon salió de la habitación de Jimin y bajó las escaleras, se acercó a la puerta principal y recibió a los padres de Jimin, quiénes entraron sin emitir emoción alguna y se sentaron en el gran sofá que Jeon poseía.

— Buenos días, señores Park.

— Buenos días señor Jeon, a lo que venimos, ¿Dónde está Jimin?

— Verá, Jimin está-

— Aquí — Jimin dijo frente a las escaleras, observando temeroso a sus padres, sin embargo, se mostraba firme y tranquilo, recargado en una pared.

Jeon maldijo a todo dios en ese momento.

— Jimin, hijo, te extrañamos dem-

— A lo que vienen, madre, ¿Necesitan algo? — Preguntó sentándose a un lado de Jeon, cruzando sus piernas y brazos, manteniendo una mirada fija en sus padres.

La madre de Jimin se sorprendió, al igual que el señor Park, pero no comentaron nada al respecto.

— Venimos por ti.

— ¿Por mi? — Jimin rió — Lo lamento, mi apellido ya no es Park, ahora es Jeon, por lo tanto, yo ya le pertenezco oficialmente a éste hombre de aquí — Dijo señalando a Jeon — Y si el dice que no me voy con ustedes, no me voy — Dijo serio.

— ¿Disculpa? ¡Eres nuestro hijo! No pueden hacer eso — Dijo la señora Park levantándose de su lugar mirando enfadada a Jimin y a Jeon.

— Oh, si que podemos — Dijo Jeon levantadose también.

El señor Park sacó un cuchillo, el cuál escondía detrás de su saco, se acercó lentamente a Jeon mientras hablaba mirándolo a los ojos.

La señora Park sólo esperaba a que el plan de su esposo y el suyo saliera cómo lo habían planeado.