The Monoban twins [Primera Temporada]

Capítulo 15.

—Y así fue como conocí a JungKook.—Termino de contar la historia, la cual no le preste atención en absoluto.

A Jimin se le ocurrió la gran y estúpida idea de decirles a Rosé y a su prima, y claramente al paliducho que se sentarán con nosotros.

Lisa no había terminado de beber su café, ella tenía la mirada baja y jugaba con sus manos, estaba nerviosa e inquieta.

—JungKook Oppa, ¿Y qué has echo de tu vida? ¿Tienes novia o te gusta alguien? —Pregunto Rosé, si no la conociera bien, diría que estaba resando internamente para que le respondiera negativamente.

—Pues...hay alguien que me gusta.—Comente, Piqué mi rebanada de pastel, pero sentí la mirada de Lisa; así que la miré y le sonreí sin mostrar mis dientes y ella hizo lo mismo.

—Oh, entiendo.—Su voz salió con mucho veneno.

Seguimos en lo nuestro hasta que Lisa quiso ir al baño; lo cual tuve que darl permiso para salir.

Narra Lisa...

—Disculpen, iré al tocador.—Le pedí permiso a JungKook quien se levantó y me dejó salir, le agradecí y subí las escaleras que me llevaban al sanitario de chicas.

Una vez adentro, me miré en el gran espejo que tenían los lavabos, lave mis manos y suspiré. Jamás pensé en volver a verlo, realmente estaba muy triste...quería llorar, gritar y golpearlo por lo que me hizo, pero eso no sería suficiente con lo que él me hizo.

Escuché la puerta abrirse, pero no le di importancia, hasta que una mano se aferró a mi brazo y me jaló bruscamente, dándome la vuelta y verlo.

—¿Q-Qué haces aquí? — Él sonrió arrogante al ver mi expresión. Ni siquiera me lo esperaba.

—Te dije que nos volveríamos a ver.— Acarició mi mejilla con su pulgar.

—P-por favor, déjame en paz...te lo suplico.— Mi voz se quebró en segundos, ni siquiera sabía de dónde me habían aparecido tantas lágrimas en un sólo momento.

—Shh, shh.— Pasó su pulgar a mis labios, los cuales temblaban de miedo.—No me gusta que nadie me diga que hacer.— Se acercó a mi rostro, me besaría estaba segura.

Me mente empezó a idear las maneras de librarme de él, pero mis nervios actuaron por sí solos.
Mi rodilla se levantó, dándole un fuerte golpe en sus partes nobles, él se erguio en su lugar por el dolor. Rápidamente corrí a la puerta, pero ni siquiera llegue a abrirla; él tomó fuertemente de mi brazo el cual tendría una marca como la vez pasada por su fuerte agarré, me giró y me dió un fuerte golpe con su puño cerrado en mi mejilla.

—¡Eso es por pasarte de lista conmigo, Monoban! — Grito, sentí la necesidad de tocer y al hacerlo, mi comisura de mis labios boto un hilito de sangre.—¿Ya te había dicho que me gusta que uses faldas? — Se agachó y posó su mano en mi muslo, el cual empezó a subir y subir, eso fue hasta que le di una patada; y cubrió su estómago del dolor.