Caras duras... ¡Al poder!

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Entro a clase. Me presentan ante todos y me sientan en primera fila. Siento miradas clavadas a mi espalda. Es bastante incómodo.

Suena el timbre y voy a la cafetería. Espero encontrarme allí con él. Pero no aparece. Me tomo una manzana y observo la cristalera que da al patio. Niñas hablando, niños corriendo. Pasa el tiempo y no me doy cuenta de que ya no queda nadie en la cafetería a excepción de mí. Entonces oigo un carraspeo a mi espalda.

-¿Pero a quién tenemos aquí? Uno nuevo... Uy, perdón, la nueva.-dice sarcástica y todo su séquito la aplaude con risas. Esa chica definitivamente me cae mal. Viste enseñando medio culo y un escote con el que no hubiese importado que la camiseta fuese transparente, ya que se le veía todo. Pelo estropajo rubio, ojos negros y facciones redondas. Y sobretodo, pinta de retrasada mental desde 100 km a la redonda. Su séquito, niñas monas igual de gilipollas que se dejan manipular por este desecho humano.-¡Eh niña! ¿Te ha comido la lengua el gato?

Como buena persona que soy, paso por el lado sin decir nada, evitándome problemas. Pero entonces, me coje del pelo y me acerca a ella.

-¿Qué coño hacías con mi chico? ¡Dime que hacías quitándome a mi chico!

Entonces la clavo las uñas en el brazo, la doy una patada en la espinilla y le doy un puñetazo en la mejilla.

-No te metas con quien no debas, cretina. Como vuelvas a tocarme un solo pelo, acabas en urgencias ¿has entendido?-digo mientras se retuerce en el suelo. Me agacho, y la susurro en el oído.- Ah y... Si estaba conmigo quizás será por algo...

Dicho esto salgo de la cafetería y vuelvo a clase como si nada. Pero realmente estoy hecha mierda. Cabreada y ,sobretodo, triste. Nunca pensé que pudiese pegar de esta forma a alguien. Bueno, en realidad si, pero no imaginaba que fuese a una chica. Más bien, imaginaba un acosador que quisiese propasarse conmigo. Pero visto lo visto, sé utilizar mi fuerza mejor de lo que nunca habría soñado.

A las 12 y media salimos de la clase de presentación de los profesores y camino al patio. Entonces vuelvo a ver a la zorra rubia y esta vez, si las miradas matasen, estaría en el infierno. Esa mirada de odio es interrumpida por un toquecito en el hombro.

-¡Hola! ¿Tú eres Kira?

-Mmm... Sí, ¿tú?

Era una chica más baja que yo, pelirroja, ojos azules y muchas pecas en su pequeño y delicado rostro. Vestía con un vestido de flores muy casual en tonos naranjas, mostaza, rojos, marrones y demás tonos otoñales. Noté su afabilidad en cuanto la ví.

- Soy Alba, aunque todos me conocen por Babi. He oído lo que le has hecho a Steisy, ¡bien hecho! Nunca nadie le planta cara, y llegas tú y ni aún siquiera habiendo pasado dos horas ya la has avergonzado. ¡Ulee, uuuleee! -dice haciendo los gestos de Amador de Lqsa. Empezamos a reír como locas mientras esperamos a que llegue el bus. Y en el trayecto a nuestro barrio, nace una bonita amistad que me hace olvidar por un rato todos mis problemas.

Pero, ¿cuál es tu historia?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora