♡ parte única ♡

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Hace años que era consciente de que mi vida cambiaría cuando fuera a la universidad, porque yo deseaba que fuera así. Desde que llegué a la adolescencia he necesitado un cambio de aires, salir del confortable conocimiento y la tradición de mi pueblo; del seno familiar que llevaba acunándome entre sus brazos desde que había nacido (por ser el menor de todos, principalmente); de los mismos veinte mil habitantes de siempre, que parecían cromos repetidos, caras calcadas, conversaciones no-autónomas pero totalmente automatizadas... «Sí», «¿Qué tal?», «¡Bien!»,  «¡Ah!», «Adiós». Estaba demasiado acostumbrado a la comodidad que me proporcionaba la habitualidad de la rutina pueblerina. Por eso tenía la certeza de que no podría contiuar eternamente, y pensaba en esta idea con cierto regocijo, sabiendo que no todos podrían mudarse a la gran ciudad con la facilidad que yo sí tendría, gracias a mi excelente expediente escolar. (Esto podría sonar profundamente egocéntrico fuera de mi cabeza, porque lo era.)

Lo que no me imaginaba era la remota posibilidad de amanecer empapado en luz solar y besos, acompañado por alguien que, apenas un año y medio atrás, podía haber pasado completamente desapercibido en mi vida. Como un personaje secundario que gracias a un giro argumental metido en la trama con calzador y mucho esfuerzo, parecía que todo giraba en torno a él ahora. Como un chiste malo que empezaba a perder la gracia en el nudo. Como besar por primera vez: Baekhyun.
Los rayos de sol que se filtraban entre las rendijas de la persiana perfilaban sus costados, desnudos e impolutos, y sus párpados y barbilla. Todo lo demás estaba tapado por las sábanas. Sus mejillas estaban enrojecidas por el calor traído de la mano de aquella mañana de verano, una como otra cualquiera. Casi cuando pensaba que me había acostumbrado a despertarme a su lado, volvía a encontrarme repasando con curiosidad su perfil. La misma curiosidad con la que se termina el libro, con la que escuchas el final del chiste o tu pecho cosquillea con un beso deastroso.
Aún no lograba discernir si odiaba o amaba a Baekhyun. Tampoco me hacía falta elegir, él solo estaba ahíㅡahora, precisamente, moviéndose entre las sábanas. Probablemente molesto por la luz del sol.

ㅡ¿A quién se le ocurre dejar la persiana sin cerrar? ㅡgruñó entre dientes, frotándose un ojo y cogiendo aire después, con la misma pereza con la que una flor comienza a abrirse cuando va a florecer. Con la misma belleza, igualmenteㅡ. Apenas empecé mis vacaciones hace una semana... Solo necesito dormir...

ㅡA veces hablas como si estuvieras solo ㅡrespondí, aunque sabía que no esperaba ni necesitaba una respuesta. Antes de conocerle era mucho más callado, ahora abría la boca de vez en cuándo por el simple hecho de incordiarle.

Mi compañero de piso se giró hacia mí finalmente, sin una expresión clara en su rostro más allá del cansancio. Casi me dio pena. Casi consideré moverme y apartarme de la comodidad de la cama para bajar la persiana, pero eso habría sido muy peligroso para mi orgullo. Él simplemente suspiró y acercó su mano a mi hombro, apoyándola y acariciándolo con su pulgar; fijé en que no seguía ningún patrón en concreto, solo pasaba por cualquier trozo de piel al que su dedo pudiera alcanzar.

ㅡ¿Has dormido bien?

ㅡSí ㅡsusurréㅡ, estaba cansado ayer.

ㅡClaro que estabas cansado ayer ㅡme repitió, con sorna y una inevitable sonrisa. Su mano cambió de posición rápido y pellizcó mi costado.

ㅡCállate ㅡfue lo único que dije.

Nuestra dinámica era extraña.

A veces dejábamos de hablarmos durante varios días porque habíamos decidido ignorarnos sin acordarlo verbalmente. Solo nos quedábamos sin nada que decir, tal vez, o nos fumábamos el último cigarro del paquete del otro y eso nos parecía motivo suficiente para enfadarnos. Pero nunca habíamos discutido, ni nos chillábamos, y apenas nos llegábamos a mirar mal de vez en cuándo. Creo que éramos sensibles a las energías del otro. En otras ocasiones, probablemente servíamos de espejo para el otro y eso nos asustaba. En innumerables instantes peligrosos había podido leer en los ojos de Baekhyun todo lo que no estaba haciendo bien en ese momento, sin necesidad de que él abriera la boca siquiera.

A veces Baekhyun volvía cansado del trabajo y me besaba pesadamente, como si creyera realmente que todos sus problemas pudiera esfumarse entre nuestros labios.
Una de estas noches ㅡla primera, para ser concretosㅡ yo estaba leyendo sentado en nuestro sofá. Era, probablemente, una noche un par de días antes de Navidad. Él llegó helado, con ojeras surcándole los ojos por haber estado tantos días madrugando y el pelo revuelto e irreconocible.

ㅡHola, Do ㅡdijo solamente, y era la primera vez que lo había oído pronunciar mi apellido, pero antes de que me diera tiempo a responder sus dedos estaban curvándose contra mi mandíbula, atrayéndome hacia él.

Fue un beso corto, que existió y se esfumó sin explicación alguna y rápidamente. Luego tiró de mí de nuevo, ahora con todo su cuerpo, y me abrazó. Yo pude notar a la perfección los trocitos de nieve que no se había sacudido correctamente contra mi mejilla, y decidí que me daba igual. Pero siempre cavilaba sobre este momento, y en mi mente se resolvían mis preguntas con suposiciones sujetas por alfileres, a veces sin pies ni cabeza, pero que cumplían su cometido: dejarme dormir sin darle muchas vueltas más.

A veces era yo, abrumado por las clases, quien buscaba resguardo del estrés en él. Dejaba mis apuntes sobre el escritorio y correteaba por toda la casa hasta que lo encontraba, muchas veces tumbado en la cama durmiendo, muchas otras en el balcón fumando. Tomaba su mano en busca de esa tibieza que las caracterizaba y las besaba cuando él no miraba, aunque supieran a alquitrán a veces, porque Baekhyun era como la ciudad. Grande e inalcanzable a veces, frío e impasible si no lo conoces. Yo no sabía si conocía a Baekhyun; me dejaba fumar de su tabaco, me contaba anécdotas como que llevaba un perfume nuevo a cada ciudad que visitaba para recordar cómo se sentía estar allí, me besaba hasta quedarse sin aliento, sabía de memoria cómo le gustaba el café, me había hecho el amor lentamente, pero no sabía si le conocía. Porque nunca habíamos tenido la necesidad de hablar sobre qué era esto, y qué éramos nosotros. Era como ese punto de la lista al que nunca se llega, da igual cuántas reuniones se celebren.

ㅡ¿Qué es lo que necesitas de mí? ㅡpregunté, casi sin querer. Era algo que rondaba mi mente con frecuencia, pero no verbalicé porque entraba dentro de las cosas que no hablo con Baekhyun. Con él hablo sobre política, viajes, matemáticas, el espacio, sexo, filosofía, libros, café, pero nunca sobre qué siente. O necesita. Eso me lo ha comunicado él si ha sido intrínsecamente necesario, nada más.

ㅡ¿Ahora mismo? ㅡrespondió, y yo asentí.

ㅡClaro, ¿cuándo te estoy haciendo la pregunta? ㅡhice una pausa y le repetí:ㅡ Ahora mismo.

ㅡEn realidad la pregunta la haces en un ahora que ya ha pasado, porque vivimos en un 'presente' que es un término equidistante entre pasado próximo y futuro cercano.

Baekhyun se encargaba de que no me olvidara nunca de que era endemoniadamente inteligente y de que me gustaría comérmelo a besos con bastante frecuencia.

ㅡ¿Qué necesitas de mí? ㅡinsistí, incapaz de decir algo distinto.

ㅡAhora mismo, solo cinco minutos ㅡsusurró, deslizándose entre las sábanas, atrayéndome hacia él y envolviéndome en un abrazo, entre sus brazos.

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⏰ Última actualización: Jul 21, 2019 ⏰

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truly  ✧ °˖  baeksooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora