Llevaba horas trabajando desde mi casa cuando me llegó un mensaje al celular. Supe que era él porque es la única persona que tiene un sonido distinto para poder responder rápido siempre que me pide que haga algo. “Tenes una hora para prepararte, te paso a buscar y vamos a salir”, apenas leí el mensaje corrí para quedar lo más hermosa posible para él.
Cuando sonó el timbre me sorprendí porque siempre me esperaba en el coche pero hoy estaba en mi puerta. Cuando le abrí me sonrió con maldad, me dio una caja pequeña y me dijo que me ponga lo que había en su interior. Al abrirla encontré un pequeño vibrador, cuando lo miré me dijo que no haga preguntas y que lo iba a tener que usar hasta que me diga lo contrario. Fui al baño y una vez que terminé de colocarmelo nos subimos a su coche y nos fuimos.
El restaurant a donde me llevó era super lujoso y estaba lleno de gente. Teníamos una mesa reservada a su nombre en medio del lugar, algo que me pareció muy raro porque siempre elegía mesas apartadas donde no tuviéramos mucha gente cerca. Durante casi toda la velada charlamos de nuestras vidas, del trabajo y de cualquier cosa que se nos ocurriera hasta que en un momento dado mientras esperábamos que traigan el postre él no volvió a hablar y sacó su celular. Lo primero que pensé es que lo estaba aburriendo y me costó mucho disimular mi cara de tristeza. Segundos después y sin levantar la mirada de su celular él sonríe, yo empiezo a sentir un calor entre las piernas mientras él levanta su mirada y me mira fijamente. Tardé unos segundos en darme cuenta qué era lo que pasaba pero estaba controlando el vibrador que yo tenía puesto desde su celular. Ya con solo darme cuenta de lo que estaba tramando sentí cómo mi cuerpo ardía, además no empezó con velocidades bajas sino que se notaba que me quería poner a prueba sin dar muchas vueltas. Me tenía que morder la lengua para no gemir, él cambiaba todo el tiempo el ritmo mientras me decía que lo mire a los ojos. Yo casi no podía hablar, además había demasiada gente cerca que no debía descubrirnos, cosa que me calentaba mucho más. Después de unos minutos y cuando lo miré a él rogándole que pare o iba a acabar ahí adelante de todos, él dejó su celular, me tomó de la mano y me felicitó.
Cuando llegamos a su departamento me ordenó que me sacara el vibrador, lo guardara y que lo use cada vez que él lo diga. Obedecí y cuando salí del baño me dijo que me sacara la ropa para él, odiaba que me pida esto pero al mismo tiempo me calentaba demasiado. Me hizo hacerlo lentamente cerca de él y con las luces prendidas para que pudiera verme. Justo antes de sacarme el conjunto de ropa interior que era nuevo y de su color favorito me dijo que me detenga y que diera una vuelta, apenas me puse de espaldas me agarro de la cintura y tiró de mí para que me sentara encima de él haciéndome sentir su erección. Luego hizo que me pusiera de pie y me sacó lo que me quedaba puesto con un poco de apuro. Me dijo que me acostara pero yo antes le comencé a quitar la ropa, cuando quise sacarle el boxer me detuvo y volvió a decirme que me acostara, esta vez si obedecí. Antes de subirse a la cama se agachó para agarrar su cinturón y me dijo “no me hiciste caso, ahora te voy a tener que atar”, me agarró las manos y las ató con el cinturón a la cabecera de la cama. Sin decirme nada comenzó a tocarme, mientras lo hacía acercó su cara a la mía y empezó a decirme cosas para provocarme, que tenía que obedecerlo que si era su putita no tenía que portarme mal y que lo que estaba haciendo era mi premio por el buen trabajo que había hecho durante la cena. Luego de unos minutos y cuando ya me comenzaban a temblar las piernas me soltó las manos y se recostó al lado mio sin decir nada. Esta vez sí me dejó sacarle el boxer, agarré su miembro con mi mano y sin darle oportunidad para que me detenga acerqué mi cara y me lo metí en la boca. Mientras se lo chupaba lo miraba a los ojos como sabía que le gustaba y luego de unos segundos dejé que me agarrara de la cabeza para marcarme el ritmo. Luego me alejó y me dijo que me recostara, se puso encima de mi y me penetró sin decir nada. Comenzó a besarme furiosamente y a decirme cuanto le gustaba hacerme suya y calentarme hasta que no pudiera más, mientras me lo decía yo no podía evitar gemir y él al escucharme aceleraba las embestidas. Acabé mientras tenía las piernas alrededor de su cintura y él me decía cuanto me había deseado todos estos días que no nos habíamos visto. Unos minutos después y luego de que yo le dijera cuanto me gustaba que me ponga a prueba, que me provoque, que me coja, él emitió un gemido largo de extrema satisfacción y sentí entre mis piernas como acababa. Luego nos acostamos, me llenó de besos y acarició el pelo hasta que me quedé dormida.
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El nuevo juguete del señor M
Short StoryElla piensa que esta cena es como todas las que tuvieron, pero no, el señor M quiere probar un nuevo juguete con ella, pero sobre todo quiere ponerla a prueba y llevarla al límite.