Al final de los días y al comienzo de los nuevos, ver tantos amaneceres me hicieron pensar. ¿Por qué pienso que todo tiene una razón y por qué nunca escucho lo que quiero si yo no espero nada nunca?
Un agridulce sabor me queda en la lengua, me gusta sentir el sabor de la intriga.
El olor del misterio, un sonido imposible de oír con conciencia, espero algo sin darme cuenta.
Nunca lo supe, aunque me mintieran quiero ser lo que fui nuevamente, mas no puedo, ese pasado ya está muy alejado mi realidad, y queda ajeno a mí.
Lo que queda de lo que apreciamos desaparece, la belleza se acaba, pero lo que siempre queda es el saber que existímos, el final nunca lo sabremos, y nuestro principio nunca lo esperamos.
Pintaré de color lo que quiero.
Aunque quede solo por no ser comprendido, me gusta mi obra.
Un abrazo que nunca había sentido, uno que nunca sentiré, queda en mi mente todo lo que nunca volverá.