Sensación de humedad. La oscuridad invadía aquel extraño recinto. No se veía mas que el dorso de la mano si tenías suerte. Un lugar aislado, goteante, sobre cuyo techo había apenas una estrecha ventanita con rejas. Era lo único que se podía tener de claridad. La luz de la luna penetraba el diminuto espacio, iluminando tenuemente el rostro amortajado de la persona atada en esa silla. Un joven apenas, de no mas de veinte pero con los ojos vendados, la boca semi ensangrentada, los labios rajados, casi violáceos. Su cuerpo con claras marcas de tortura, pues a una mano le faltaban los dedos.
No supo cuando es que fue capturado, tampoco llevaba la cuenta de los días. Simplemente el frío, la fiebre, el dolor pulsátil de sus heridas y la pérdida de sangre lo tenían debilitado. Se había rendido hace tiempo a escapar, ni siquiera podía moverse. De seguir, quizá le quedarían unas veinticuatro horas máximo, antes de caer en los brazos de la muerte. Si es que su captor no lo seguía torturando lentamente...
- Misericordia... - Murmuró con labios trémulos, pálidos, casi infectados.
- Pffffff.... ¡Jajajajajajaja! ¿Sabes que eres divertido? Me estás pidiendo misericordia, cuando tu nunca se la diste a ellos. El mundo es tan pequeño....
El muchacho, atado a una silla, se debatía internamente sobre como debía escapar. Entre mas pronto mejor. No sabía que hizo, pero tampoco le conocía y de la noche a la mañana, había sido atrapado y encerrado en esa especie de cueva - calabozo. No podía detallar exactamente donde estaba, la luz era escasa.
De pronto le metieron algo a la boca. Una horrenda sensación de ahogo con sabor metálico y viscosidad fue lo primero que sintió, escupiendo al suelo rápidamente mientras tosía. La risa de su captor se escuchó fuerte y clara.
- ¿No decías que te gustaban tanto las manos de tu esposa?
Aterrorizado de adivinar lo que había comido, casi vomitó alli mismo. Se giró hacia la oscuridad, con la maldita venda en los ojos, no lograba saber de donde provenía la voz, pero unas manos de hierro le sujetaron el rostro y pronto la tela le fue arrancada de los párpados. En la penumbra, solo pudo vislumbrar uno orbes violetas que parecían contener a los rayos, cargados de una maldad sin límites.
- Es una lástima que mientas... pero no te preocupes. Tu serás hoy mi siguiente víctima...El susurro helado llegó hasta sus oídos y lo último que pudo ver, fue aquella sonrisa retorcida de placer, mientras un cuchillo se metía entre sus dientes, cortándole la piel en dirección a los oídos...
El grito que se escuchó dentro del lugar, murió en los resquebradizos del muro...
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Crazy Dream - El juego de la Locura -
Fanfiction"- Pffffff.... ¡Jajajajajajaja! ¿Sabes que eres divertido? Me estás pidiendo misericordia, cuando tu nunca se la diste a ellos. El mundo es tan pequeño.... El muchacho, atado a una silla, se debatía internamente sobre como debía escapar. Entre mas p...