Nuevo ministro

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Mientras la mañana pasaba con tranquilidad, en la casa de los Kim ambos amigos esperaban en aquella habitación. Mientras que un juguete iba avanzando y cargando un nuevo "proyectil"

-¿SeokJin? ¿Estas aquí?- pregunto el menor de todos, mientras abría las puertas delgadas. El proyectil haba sido lanzado y había terminado pegado en la frente del menor. Ambos amigos soltaron carcajadas y aplausos.

-¡Éxito, éxito! ¡Eso fue buenísimo!- alardeo el creador de dicho juguete.

-¡Maravilloso! ¡Hasta dio en el blanco!

-¡SeokJin! ¡No juegues así conmigo!- se quejo el menor quitándose aquella vara con un pegote al final y le rompía. Causando un dolor en el mayor.

-¡¿Que crees que le haces a algo importante?!

-¡Cállate! ¡Lo único que haces son cosas inservibles, buenas para nada!- volvía a quejarse. Ver enojado al menor era tan gracioso para ambos mayores que se divertían por las caras que hacia.

-¡NamJoon, tu no seas su cómplice!

-Lo siento, lo siento- se disculpo -Es que esta vez fue buenísimo.

-Y JungKook- llamo el mayor de los tres, levantándose del suelo donde estaba sentado para mirar serio al menor -¿A que viniste?

-¿Que a que?- pregunto con cierta indignación -¿No puedo venir sin ninguna razón?

Así eran aquellos amigos. Su amistad se basaba en bromas, con NamJoon siendo cómplice de alguno de los dos.

-¿Que? ¿Acaso estas celoso de NamJoon?- aquellas bromas eran las que mas rompían la paciencia de JungKook, por lo que iba a estar a punto de tomar su katana y desenfundarla pero NamJoon llego a darles la paz.

-Vamos, vamos, ambos somos amigos de la infancia ¿No? llevémonos bien los tres.

Así era, ambos eran amigos desde la infancia. Los tres eran de diferentes clases sociales, y aun así, lograban encajar a la perfección.

-Vamos JungKook- intento calmar al menor -Toma los bollos en forma de pollitos que te gustan.

Y como tales palabras mágicas, JungKook llego a guardar su katana y un brillo se instalo en sus ojos.

-¡Oye! ¡Esos los compre para mi!

No podía ir contra dos personas por lo único que pudo hacer SeokJin fue servir tres vasos de te. Mientras los tres se sentaban en la orilla de la madera del pasillo exterior.

JungKook sostuvo uno de aquellos dulces entre sus manos con figura tan tierna, que una sonrisa se dibujo en su rostro antes de darle un bocado.

-Por cierto, Sir JungKook- hablo NamJoon llamando la atención del nombrado -Quiero darte mis mas sinceras felicitaciones por tu ascenso a Ministro de nuestro Señor.

-Supongo que sera porque el clan esta sometiéndose a restauración debido a la inestabilidad social, pero ¿Elegirte como ministro de nuestro Señor?- bebió un poco de la bebida SeokJin -El clan realmente debió haber tenido falta de buenos hombres.

-¡Ábrete el estomago! ¡Ordenes de tu ministro!

-No puedo escuchar mas- se volvió a levantar dándoles la espalda a ambos amigos -Si siempre te hiciera caso, harían falta estómagos.

-¡SeokJin! ¡¿Cual es su problema?!- se quejo con tanta molestia de que se encerrara en su habitación, aun teniendo visitas -S-si tanto me odia, ¡Debería decírmelo!

Aquella actitud divertía tanto a NamJoon, aquellos dos eran iguales. Aunque eso les molestara.

-Sobre eso, no creo que sea así.

Aclaro el chico calmado y sereno.

-A decir verdad, estos bollos no me gustan. Al comerlos se me quedan pegados en el paladar y a SeokJin no le gusta lo dulce- el menor sabia a donde iba todo aquello, un ligero tono rojizo cereza se apodero de sus mejillas -Ahora, ¿Por que crees que lo tendrá en su casa?

-No me preguntes... algo como eso.

Así eran aquellas peleas. Y aun así, se llegaban a unir mas.

Pero el mundo, su clan, todo lo que conocían se iban convirtiendo en un caos.

Hybrid child [ JinKook ] || BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora