En cada nota - Emiliaco

En cada nota

Probablemente si escuchan la canción la letra no va a quedar junto con el texto, recomiendo que la reproduzcan en sus mentes; a no ser que no les incomode que no quede bien y la pongan de fondo :)

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Ambos estaban sentados en el sofá amarillo del camerino, separados por unos centímetros y con la mirada fija en la pantalla de sus celulares. Les gustaba ver todas las ocurrencias que los fans ponían en las redes, y muchas veces las compartían entre ellos para dejar salir un poco de carcajadas juntos o comentar alguna publicación.

Esa noche todo estaba igual a las anteriores: el maquillaje en la mesa de los espejos, el vestuario colgado en los ganchos, los zapatos de sus personajes cerca de la ropa, sus mochilas junto a los espejos, entre otras cosas que siempre se encontraban esparcidas por el lugar; a excepción de un pequeño objeto que se situaba sobre una mesa junto al maquillaje, y ciertas ganas de despegarse un momento de las redes y del trabajo que los tenía algo sofocados.

El objeto ubicado sobre la mesa lo había traído Emilio. Se le ocurrió traer una radio para escuchar música en sus ratos libres, pues la necesitaba para sentirse motivado y relajarse cada que tenía algún momento de estrés o tensión. Podía escuchar las canciones que quería en su celular, pero esa radio se la habían regalado hace poco y quería utilizarla.

A Joaquín le encantaban las radios, tal vez por la emoción que tenía en el momento en que acababa una canción y empezaba otra, era divertido no saber qué canción seguía. Aunque no las usaba muy seguido, disfrutaba escuchar un poco de radio cada cierto tiempo en su habitación.

Mientras miraban las pantallas de sus celulares y deslizaban sus pulgares de abajo arriba casi involuntariamente, ambos escuchaban atentamente la melodía que la pequeña radio azul desprendía.

Acabó la canción que sonaba y les emocionaba saber cuál sería la siguiente. A simple vista se podía pensar que tenían toda la atención puesta en los pequeños aparatos que sostenían en sus manos, pero sus oídos estaban muy atentos a la radio.

En cuanto empezó a sonar la siguiente canción, como si fueran el reflejo del otro, voltearon a verse con expresiones de sorpresa y sonrieron reconociendo la canción.
Era una que ambos amaban y, sin darse cuenta, la escuchaban cada que estaban solos en los camerinos y tenían tiempo libre. No sabían por qué pero les gustaba escucharla juntos, la sentían distinta, de algún modo la sentían suya.

"Dame de tu vida y de tu tiempo,
suficientes para ver
dentro de tus ojos el momento
que me obligue a renacer."

Dejaron de mirarse y apagaron sus celulares, sintiendo la letra y el ritmo de la canción. Percibieron un rastro de paz en su interior y comenzaron a mover sus cabezas y sus pies al compás de la música.

"Dame vida y dame aliento,
que yo ya perdí el conocimiento,
sólo quédate un momento
hasta evaporarnos en el viento."

Pero había algo que quería salir. No bastaba con golpear un pie contra el suelo o mover la cabeza de un lado a otro. Necesitaban más... y Emilio descubrió lo que su cuerpo le pedía.

Se puso de pie y, sin pensarlo, extendió su mano derecha hacia su compañero, llevando la mano izquierda atrás de su espalda. La leve inclinación de su cuerpo hacia adelante le daba un aspecto de príncipe distinguido, pero los rizos despeinados traían de vuelta a aquel chico que acababa de pasar por un exhausto día de trabajo.

Joaquín se sorprendió al verlo en frente de él con tal actitud y antes de poder decir algo fue interrumpido por las palabras de su amigo.

- ¿Le gustaría bailar? - se dio cuenta de lo que estaba haciendo y de pronto sintió un calor en sus mejillas, su corazón dio un vuelco y tragó un poco de saliva, pero vio que no había marcha atrás. - Digo, si quieres... Es para liberarnos del estrés y relajarnos un poco. Ya sabes.