16º Capitulo- El día despues

862 54 8
                                    

(Narras tú)

Dios, mi cabeza estaba por explotar, abrí mis ojos encontrándome con una habitación que no conocía, intenté levantarme pero un brazo que se encontraba sujetando mi cintura me lo impidió. Me voltee asustada para ver de quien se trataba, y al hacerlo abrí mis ojos como platos al verlo; Abraham estaba recostado junto a mí durmiendo con su torso al descubierto y la sabana que le cubría de la cintura hacia abajo. Lo miré detenidamente y me alarme al notar que este chico que se encontraba a mi lado estaba completamente desnudo. Di un respingo al notar que yo estaba igual. Traté de zafarme pero no podía moverme ya que Abraham era demasiado pesado para mí ¿Que este chico no se levantaba nunca? Con cada movimiento que hacia para librarme Abraham soltaba un pequeño gruñido y me acercaba con mas fuerza hacia él.

Abraham: Buenos días- murmuró Abraham con su vos ronca.

Tú: Buenos días y una mierda ¡Suéltame!
Abraham: ¿Sabes? La verdad no quiero, se está muy cómodo así...

Tú: ¡Suéltame!

Luego de mucho forcejear logré zafarme de su agarre y cubriéndome con la sábana, tomé mi ropa y salí de allí. Comencé a recorrer los pasillos para poder encontrar un baño en el cual pueda vestirme. Yo esa casa la conocía... Pasé por un pasillo y observé una foto, en ella se podía ver claramente a una chica rubia en la playa en la que mi familia suele pasar las vacaciones. Esta era la casa de Caroline.

Entré en uno de los baños y me vestí rápidamente. No recordaba nada de la noche anterior y se me partía la cabeza del dolor que sentía gracias al alcohol, no creo que vuelva a poner en este estado nunca más.

Me sentía sucia, sucia y usada. Bajo los efectos del alcohol este hijo de p*** se había aprovechado de mí llevándose mi virginidad. Tenía 16 años, era demasiado joven. No pude evitar soltar algunas lágrimas. Arreglé un poco mi cabello y con los zapatos en manos salí corriendo de la casa y me fui a la mía. En el camino me quité como pude el maquillaje corrido de mi rostro. 

Al ingresar a mi casa encontré a mi madre sentada en el sillón de la sala de estar, se veía preocupada y algo enojada, al verme cuando entre a la sala ese “algo enojada” paso a un FURIOSA.

Valeria: ¡¡¿Se puede saber donde te habías metido?!!¡¡¿Por qué no me atendiste las llamadas?!!

Tú: Lo siento ma, me quedé a dormir en casa de Caroline. Y no me quedaba batería en el móvil.

Se que no estaba diciendo completamente la verdad, pero tampoco estaba mintiendo ¿no?

(Narra Abraham)

Anto se levantó rápidamente cubriéndose con las sábanas, recogió su ropa del suelo y se fue dejándome solo en la habitación. Los recuerdos de anoche seguían grabados claramente en mi memoria...

*Flashback*

El tenerla tan cerca de mí, moviendo sus caderas al ritmo de la música causo que no pueda controlarme más, me incliné hacia ella exigiendo sus labios, a un ritmo apresurado y lleno de deseo. Lentamente nos fui llevando hacia donde yo sabía que había una habitación vacía. De sus labios fui haciendo un recorrido hacia su clavícula, no pude sentir su piel ya que el encaje del vestido no me lo permitía; llevé mis manos hacia su espalda acariciando cada centímetro cuadrado que podía, desabroché el vestido y bajándolo un poco me dispuse a marcarla con mis labios sobre su cuello, lentamente el vestido fue abandonando el cuerpo de su dueña dejándola en ropa interior.

Yo perfectamente sabía que si ella no estuviera tan borracha no estaría en esta situación, pero no me importó. Anto acarició mi torso con sus manos y se despojó de mi camisa. La acomodé sobre la cama del cuarto de huéspedes. Mi cuerpo no podía más con el deseo. Me desprendí de mis pantalones, arrojándolos al suelo, mis bóxers no tardaron en seguirlos.

Abraham: ¿Estás lista?

Tú: Estoy cansada, el alcohol me sienta mal...

Me dijo algo adormilada, pero no me importo, mi cuerpo ardia de deseo por esta chica que se encontraba sobre esa cama.

Abraham: Shhh. No hables, ¿Si?

La tomé entre mis brazos y colocándome sobre ella, la besé desde sus labios hasta su estomago haciendo que suelte un pequeño gemido. 

Me levanté y volví a donde estaban mis pantalones y de mi cartera saqué un preservativo. 

Abraham: Anto, esto te encantará.

Me voltee y allí estaba ella, acurrucada sobre la cama. Completamente dormida.

Abraham: Diablos 

*Fin Flashback*

No paso nada, lo se y debo admitir que aun así, esa fue de las mejores noches de mi vida solo por tenerla a ella entre mis brazos, su cuerpo junto al mío, tranquila, sintiendo el calor que su cuerpo emanaba, aun puedo sentir el aroma de su perfume impregnado en mi piel.

Realidad o Falsedad?~Abraham MateoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora