Tanto el peli-azul, como la albina y la peli-roja, se miraban fijamente, mientras el lugar se llenaba de un profundo silencio, además de que una fuerte presión se sentía en el ambiente.
De un segundo a otro, la albina salió disparada directamente hacia el peli-azul a gran velocidad, sin embargo esto solo fue un sueñelo, ya que la albina no lo atacó, sino que desapareció en un parpadeo y en su lugar.
La peli-roja apareció y estaba a punto de aplastar al peli-azul, con lo que parecía ser, un enorme martillo con púas, pero el peli-azul, dio un gran salto hacia atrás mientras el martillo de la peli-roja, hacia contacto con el suelo, causando que se forme un enorme cráter, seguido de ondas sísmicas que hicieron estremecer todo el lugar.
Yandal: - aterriza un par de metros de distancia de la peli-roja - Bien, parece que su trabajo en equipo, está comenzando a dar resultado.
Mirajane: - aparece a un lado del peli-azul - ¡No te distraigas! - lanza un golpe hacia el rostro del peli-azul.
Yandal: He~ - sonríe, para después atrapar con su mano libre el puño de la albina.
Erza: - deja su martillo y desaparece y reaparece a otro lado del peli-azul para lanzar otro golpe hacia este.
Yandal: - suelta su espada, y atrapa el puño de la peli-roja, para después tomarlas de las muñecas a ambas y tirar de ellas rápidamente, para que estás choquen entre si.
Erza/Mirajane: ¡Agh!/¡Agh! - se quejan de dolor al sentir como sus cabezas más específicamente sus frentes, chocaban entre si.
Sin embargo, ambas magas no tuvieron suficiente tiempo para seguir quejándose, cuando el peli-azul las sujeto del cuello a ambas, para después incrustarlas en el piso con una fuerza descomunal.
Erza/Mirajane: ¡T-Tsk!/¡G-Ghg!.
Yandal: - deja de sujetar a la albina y la peli-roja del cuello, para después recoger su espada del piso dar media vuelta y comenzar alejarse caminando - Están tan acostumbradas a derrotar a sus oponentes, con tan poco esfuerzo...
Que han olvidado, que siempre habrá alguien más fuerte que les hara ver, cuan débiles y patéticas son, por confiarse demasiado - da media vuelta y comienza a alejarse caminando - Si van a seguir asi, háganse un favor, y mejor rindanse y quédense tiradas ahí donde estan, para que no pasen por más dolor y vergüenzas, de las que ya las he hecho pasar.
Dichas palabras, fueron un gran impacto para el orgullo de ambas magas, quienes sentían como una furia y rabia dentro de si mismas, crecía y se hacia cada vez más fuerte.
Yandal: - continúa avanzando, pero se detiene al sentir como una fuerte sed de sangre se hacia presente en el ambiente - Bueno - suspira y los mira a ustedes - Ustedes son testigos que les di la oportunidad de rendirse y acabar con esta tontería, pero ... siempre habrá gente, que nunca entenderá con palabras - se hace a un lado.