¿Ya me quité el helado?

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 Y bueno, mi querido diario, al parecer las escrituras entre clases seguirán siendo constantes. Resulta que en serio ¡estas clases son eternamente aburridas!

Pero bueno, ese no es el punto.

Iba era a contarte lo que paso ayer en contabilidad. Es destacable que estaba dando esa asignatura, ya que mover un dedo con esa profesora es todo un desafío -pero Chewbacca siempre será la reina nazi de L.A.S.-.

Ahora si empezare:

Estábamos copiando un mapa conceptual acerca de las cuentas T...Nada fuera de lo común, hasta que se escucha que alguien dio dos golpes lo suficiente te fuertes para sacar a Paula de su siesta matutina de belleza. La profesora le digo a Viviana, la chica que tiene como empleada...digo, secretaria que abra la puerta. Yo me siento en el tercer puesto de la segunda fila en sentido contrario a la puerta, pero por cosas del destino justo HOY me dio por mirar. Sí, era Thiago, y como la vida siempre tiene un plan macabro para que muera internamente lo primero que observo fue el tercer puesto. De la tercera fila. Yo en ese momento repentinamente casi en cuenta que la pared parecía tener algo diferente y justo en ese momento me tenía que enterar que era. Para mi suerte, mi salón entero gritando mi nombre no me dejaban concentrarme en la pared. Con la. Vista periférica logre ver a Thiago ¿sonriendo por lo que pasaba? Fue demasiado para mí.

-Buenos días, profesora, ¿se encuentra la alumna Mariana?-fue lo primero que dijo el castaño al entrar.

 Y entonces me di cuenta que estaba entrando en pánico. Obvio, todos murmuraban, pero eso es normal, ¿no?

 -Sí, ¿por?-responde la profesora con sobredosis de Botox en su labio inferior. Mujer, ni Kylie Jenner se inyecto tanto.

Y volviendo a lo que paso...

 -Sucede que quería preguntarle si a la salida le gustaría ir a comer un helado conmigo-.

Desde ese momento me declare caída en coma.

Y la bulla estoy segura se escuchaba en absolutamente todo el piso.

Pero entonces Mauro de metido abrió el bocata:

-Profesora, ¿no le parece esta una falta de respeto a su hora?-. Luego de desahogarse todos lo miraron feo.

 Les agradecí de corazón en mis adentros.

 -No del todo, Mauro-. Abrí los ojos como platos. ¡No es posible! Una profesora ella por tan estúpida-pero linda-interrupción mínimo le da una buena semana en detención. -Es un gesto lindo, lo dejare pasar pero... ¿Mariana, no piensas responder la propuesta?-.

Ahora todos se voltearon a verme, de nuevo.

-Me encantaría-dije esbozando una sonrisa. Es decir, no todos los días el chico más lindo de onceavo -para mí-te invita un helado. Todos incluyendo a la profesora aplaudieron, yo solo estaba sentada en mi silla tratando de copiar el plan de contabilidad, supongo que de color morado.

El Diario de MarianaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora