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Suena el timbre poniendo fin a la tortura y me dirijo a la salida para ir al coche de mi hermano cuando la pelirroja me frena de golpe.

-Audrey, se que es ir muy rápido pero...¿querrías venir hoy por la tarde a mi casa a hacer deberes? Antes de que te niegues voy añadir que cuando terminemos puedes quedarte a cenar- No entiendo por qué está mujer piensa que me voy a negar a todo. Con un asentimiento acepto su propuesta y nos intercambiamos los números de teléfono para que me mandase la ubicación de su casa.

Después de despedirnos sigo mi camino al coche de mi hermano.

Nada más entrar me regañó por haberme tardado tanto y empezó a hacerse historias de que habían intentado secuestrarme.

-...y ya sabes, si alguien se sobrepasa no dudes en llamarme que le parto el culo y no de la buena forma.

-Alex, calla un poco, simplemente he hecho una amiga- De repente el coche freno en seco y se me quedó mirando con la boca abierta.

-Desde luego las Spice girls pueden esperar- Y apagó la radio.- Me parece totalmente fantástico que por fin hayas encontrado a alguien con quien estar Addy, se que no te agradaba estar acompañada por eso nunca te propuse sentarte con nosotros por que respeté tu decisión. Estoy muy orgulloso de que por fin lo hayas conseguido. Me siento un hermano mayor satisfecho- Infló el pecho con la frase final y me revolvió el pelo despeinándome entera. Bufé ante el gesto, lo odiaba tremendamente ya que a la mínima en mi pelo se formaban nudos marineros.

-Sólo me llevas un minuto, recuerdalo. Yo estoy muy orgullosa de que por fin traigas una camisa limpia a casa- Y la verdad es que era todo un logro, no recuerdo la última vez que vino con una camiseta sin ninguna mancha de comida.

-Todavia hay tiempo para mancharla Addy, todavía hay tiempo- Reímos juntos y volvimos poner a las Spice Girls.

~♡~

-

No entiendo como narices pudiste mancharte la camiseta en 5 malditos minutos-Le dije a mi hermano cerrando la puerta detrás de mi.

-Es un talento innato-Y se fue pavoneándose hacia la cocina.

Yo eso no lo llamaría talento, más bien estupidez.

Con una sonrisa burlona sigo sus pasos y me encuentro con María, el ama de casa, haciendo la comida así que le saludo con un beso en la mejilla. Lleva trabajando en esta casa desde que tengo memoria, por lo que es tratada como una persona más de mi familia.

Mis padres son unos grandes empresarios, mi madre tiene una marca de ropa y mi padre es socio de una cadena de hoteles muy cotizados, por lo que se pasan la mayoría del tiempo fuera de casa trabajando o viajando. Claramente me gustaría que estuviesen más en casa, pero el tiempo que tienen con nosotros lo aprovechan dándonos el máximo cariño que pueden. El hecho de que estén tan ausentes no quita que les quiera menos y, al fin y al cabo, gracias a su trabajo podemos tener tantas comodidades.

Me siento al lado de Alex en la mesa y sin poder esperar más empiezo a devorar la comida de mi plato hasta que no queda nada. Miro a mi hermano satisfecha viendo que el todavia no había terminado su comida, si, competimos a ver quién termina antes, igual no es muy conveniente para nuestros estómagos, pero todo me da igual si puedo ganarle.

¿Infantil yo?, que va, simplemente tengo hermano.

Recojo mi plato y me dirijo a mi habitación para preparar los libros que voy a llevar a casa de Kira junto a mi portátil. Estoy metiendo esto último en mi mochila cuando oigo el timbre de la puerta, sin más dilación corro a bajar las escaleras, pero una mano coge mi pie haciendo que caiga de cara al suelo, veo como mi hermano me adelanta y rápidamente me levanto y me tiro encima de el haciendo que ambos caigamos rondando por las escaleras. Cuando pudimos levantarnos vimos que María ya había abierto la puerta en la que se podía ver a un Mike con una sonrisa de oreja a oreja.

Lunchbox FriendsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora