👑 Capítulo 14:Ariadna de Missland.

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Por fin el gran día.

Estoy en seda esperando a que Edward llegue con mi mandado, mi vestido está esperando ser usado, hoy me casaré, hoy Carlos será mío, hoy Francia será mía.

Tengo que hacer algo antes de casarme.

Hablaré con Aram.

Envié a Edward por él hace dos minutos, mis aposentos están solos, envié a los sirvientes a comer algo antes de empezar el arduo trabajo que trae hacer una boda de la realeza.

Tengo demasiada curiosidad por saber a qué se refería Aram con la carta que me entregó el último día que visité Francia, antes de casarme tengo que hablar con él. Quiero saber todo.

En menos tiempo de lo que esperaba la puerta de mis aposentos es golpeada.

—Madame—Es la voz de Edward—¿Puedo seguir?

Me acomodo la seda para que nada se salga de su lugar y yo misma abro la puerta.

Aram está parado justo al lado de Edward con sus manos juntas en su vientre.

Les hago señal a los dos para que pasen y Edward toma su puesto en el sillón de terciopelo.

Aram se queda mirándome un poco desconcertado así que decido hablar.

—Tengo unas preguntas—Le comento mientras lo invito a sentarse—Espero puedas responderlas.

Él no dice nada.

Solo asintió y tomó asiento, hice lo mismo y quedamos frente a frente.

—Quiero que sepas que voy directo al grano con mis preguntas, así que empezaré.—Miré a Edward quien prestaba bastante atención a la charla.—¿Por qué razón la carta que me diste?

Él se quedó observándome unos segundos a los ojos, su seriedad me hacía sentir un tanto confiada.

—¿No podemos hablar a solas?

Miré a Edward de inmediato.

—Como sabrás desde hoy serás mi cuñado, no puedo exponerme a rumores el mismo día de mi boda.—Expliqué en voz baja—Si te ven salir de mis aposentos y saben que estoy aquí sola, no correrá el rumor de que solo hablábamos. Tengo que cuidarme de ciertas cosas en un país cuya gente me sorprende cada día más.

Cruzó sus piernas y analizó un poco mis palabras.

—¿Confías plenamente en Edward?—Preguntó sin quitarme la vista de encima.

No lo pensé dos veces.

—Completamente.

Su expresión no reflejó nada.

—¿Y en Luciano?

Esa pregunta no la veía venir.

Me tomé un poco de tiempo en responder. No lo sabía.

No sabía si en estos momentos confiaba en él.

Por celos podría hacer cualquier cosa, si ya me había amenazado, no podría entregarle mi confianza.

—No.—Respondí secamente.

Al parecer a Aram no le sorprendió en nada mi respuesta.

—Y no deberías.

Quedé impactada con su declaración.

—Tengo que decirte varias cosas, pero todo a su tiempo.—Se acerca más a mí para que la conversación sea más privada—Primero ve a la celda de Caterina, no está sola.

Dos Reyes Una Reina ©️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora