Plush

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Encontrarla no le costó mucho, se encontraba en un baño quitándose el maquillaje para tratar de disimular que este se había corrido, lo enrojecido de su rostro, cierta hinchazón en sus párpados y el enrojecimiento de sus ojos, pero la reciente existencia de aquellas lágrimas que ya se encontraban secas y limpias no pasó desapercibida para el hombre que a pesar de todo ya la conocía bastante bien y se acercó a ella acariciando sus pómulos.

- ¿qué sucede?- Preguntó Dave.

- Nada. – Contestó evitativa.

- Sé que algo te ha pasado, necesito que me lo digas.

- No lo sé. Dímelo tú- contestó en tono de reproche.

- No entiendo por qué eres tú la que está disgustada ahora que estábamos haciendo eso que tú querías y que tanto me habías pedido.

El débil sonido de la conversación llevada a cabo a algunos metros hizo que Alex despertara prontamente, sentía que hace tiempo no había dormido tan bien y algo en su encuentro con Dave hacía que ahora le acompañase cierto grado euforia y pocas ganas de saldar la deuda que la rubia tenía con él. Las cosas que le había prometido no se las cobraría.

- Hablas como si te hubiera obligado. – riñó Caroline elevando la voz.

- Lo hice por ti.

- Yo vi que te lo estabas pasando muy bien.

- ¿a qué quieres llegar con todo esto? – pregunto el de ojos azules en voz baja intentando calmar las aguas.

El castaño se encontraba solo en la habitación de luz tenue, no tenía como expectativa despertar a la mañana siguiente despertar abrazado a su jefe, pero tampoco se esperaba esta especie de desaire que estaba viviendo ni tener que oír una discusión.

- Estabas haciendo el amor con otro hombre.

- Y eso fue lo que me pediste.

- No. Yo te pedí que follaran, pero tu le estabas haciendo el amor.

- ¿Cómo podría hacerle el amor a alguien a quien no amo? – gritó por primera vez el pelirrojo. Sus palabras llegaron no solo a los oídos del alto hombre que yacía en su habitación, si no también a su cabeza y a su corazón, provocándole un fuerte e inexplicable dolor.

- ¿Entonces por qué lo mirabas de esa forma? – lo mismo se preguntaba aquel intruso que comenzaba a sentirse nuevamente utilizado.

- Es parte de la actuación. ¿qué querías?, ¿Qué lo obligara a los golpes?, a demás me guarde esto para ocuparlo contigo, dijo abrazando a su esposa por la espalda, tomando la mano ajena y colocándola sobre su erección (la cual mantenía debido a que las prácticas sexuales llevadas a cabo hace un rato no incluían la penetración) mientras que con la otra acariciaba lentamente los genitales contrarios -Sabes que me voy mañana y no quiero irme peleado contigo. –

La mujer se dejó convencer por sus argumentos y la calentura que su esposo logró provocarle hizo que terminaran follando contra la pared.

Esos gemidos el de pelo negro los había escuchado antes, pero ¿desde cuándo eran tan dolorosos?

Tomó su ropa y se vistió lo más rápido que pudo para finalmente abandonar aquella casa y volver a su soledad

Un te amo de voz femenina y que hizo eco en las cerámicas de las paredes y el piso que aquel baño se dejó escuchar en medio de la excitación.

¿Desde hacía cuantotiempo que la relación basada en sexo y cariño había anidado un sentimiento tanfuerte en el interior de ella?

WarsawDonde viven las historias. Descúbrelo ahora