1er acto: Rafael

12 1 0
                                    

Sobre un frío campo de batalla, sin rastro de vida, más que unas luces de neon al horizonte, se cierne sobre el suelo de tierra oscura y muerta varios cuerpos inertes, y un chaval en medio, vivo a duras penas, intentando mantenerse en pie mientras mira aterrado a lo que podrían ser sus amigos, dirigiendo su mirada con odio y rencor hacia un infame monstruo negro como el carbón, imponente y aterrador. Su aspecto es como el de una pesadilla, todas ellas juntas en un solo ser, es el final de todo, la Muerte.

Muerte sostiene una guadaña que podría multiplicar por veinte el tamaño del pobre hombre que está enfrente, cuya única arma era una lanza que casi no doblaba su altura. Los dos se lanzaron al ataque y al roce de sus armas nació una chispa, una ilusión, un recuerdo de cómo empezó toda esta locura. El nacimiento de Rafael.


Él nació en una época dónde la hierba ya no crecía, los árboles no arrojaban sombra sobre los bosques y los animales no migraban, ni podían tener un hábitat donde estar, ya que el ser humano no encauzó sus actos. 200 años pasaron desde el principio del fin y el nacimiento de Rafael.

Todo empezó a desmoronarse en el año 2050, la temperatura subió drásticamente, aumentando los desiertos, las inundaciones recorrían todas las costas, y los terremotos asolaban cada centímetro de cada continente, al principio eran intermitentes pero luego se volvió una constante lucha por la supervivencia.
En un acto desesperado, los científicos encontraron una forma de habitar en las nubes, densificando la parte superior de esta pudiendo edificar, o al menos vivir en ellas. Sólo que no tenían forma de alcanzar el cielo, tan sólo unos pocos con una deformación en omóplato, permitiendo añadir un complemento parecido a una bufanda que permitía el vuelo. Fue entonces cuando nacieron los ángeles mecánicos, los salvados, mientras que el resto de la humanidad tuvieron que seguir luchando en contra del gran cataclismo.

Mientras que iniciaban una nueva humanidad en el cielo, los que estaban en la tierra vivían en el infierno. El gobierno mundial tenía preparado una especie de gran centro de supervivencia en distintas localizaciones, unas estaban en el océano, a una profundidad considerable, otros bajo tierra, justo en el centro de las placas tectónicas, o en la superficie, en inmensas llanuras, donde ningún accidente geográfico podía afectar gravemente a estas instalaciones.

Aún teniendo estas edificaciones, tanto el alimento como el agua eran bienes escasos, que solo los que vivían en el océano tenían acceso, al menos fácilmente. Los que vivían en tierra tenían que actuar como los antiguos nómadas, recorriendo sus terrenos en busca de subsistencia, en misiones casi imposibles de expedición, casi nadie volvía con vida, y casi nunca traían buenas noticias.
Muchos años pasaron hasta que el estado de la tierra se calmó, los terremotos dejaron de suceder tan asiduamente, y por tanto los maremotos cesaron y las temperaturas bajaron, posibilitando la vuelta de los humanos a la tierra.


Los ángeles no lo tuvieron fácil tampoco, ya que tenían que empezar de cero una civilización entera. Las primeras décadas se dedicaron a subsistir bajando a la tierra y pescando o cazando, ya que gracias a sus mejoras podían escapar de cualquier fenómeno. Pero al cabo de las siguientes décadas consiguieron permanecer, y así construir una sociedad estable basada en su nueva vida en las alturas.
Todos los descendientes de los ángeles tenían la malformación y podían implementares las alas, pero hubo un acontecimiento que marcó un antes y un después en la desgracia humana, la llegada la cielo de un bebé con alas naturales, similares a las de sus antecesores. Estas alas no eran de plumas, más bien parecía una extensión de unos filamentos parecidos a la seda, pero que la podía moldear y cambiar de forma a su gusto, un verdadero ángel, y su nombre era: Rafael.

Su llegada fue un baño de sangre, hubo complicaciones en el parto y desgraciadamente su madre murió en el día de su nacimiento, pero eso es un tema del que ya hablaremos más adelante.
Desde pequeño, a Rafael le emocionaron los combates, ya que tenía una gracilidad, agilidad y fuerza digna de un verdadero arcángel. Por lo que su padre, aun teniéndolo un poco sobreprotegido accedió a inscribirlo en una academia de lucha. No duró mucho porque su potencia y habilidad superaba con creces al resto, y fue llamado del gobierno central para formar parte del ejercito, a la temprana edad de 12 años, pero su padre se negó en rotundo.

Pasaron los años y a la edad de 18 Rafael decidió aceptar la petición del gobierno escapándose de casa (al gobierno no le importó mucho). Se inscribió y allí conoció a sus futuros compañeros de aventuras, otras dos personas con cualidades espectaculares y talentos comparables con el ángel; el brujo Jorge y la maga Miryam, procedente del Infierno.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 25, 2020 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Ellos Cap.1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora