Academia de Héroes: Descongelando La Rebelión [Editando y terminando]

Lo siento

-Y me estoy divirtiendo. Pero es peligroso estar parándose todo el tiempo por tus tonterías. Eres un inmaduro. - Todos quedaron mudos tras las palabras que pronunció Jale. Nadie esperaba que se enfadaría en un momento en el que precisamente tendría que estar mostrando la sonrisa que había llevado durante todo el trayecto. - Sigamos. - ordenó el rubio, pero Álex no estaba dispuesto a tolerar la actitud que estaba teniendo su hermano y más aún, cuando había pasado una semana entera planificándolo todo con Danny y Emma.

- ¿En un momento así? ¿Cómo puedes tener un corazón tan frío? - Preguntó tajante, sin saber las consecuencias que tendrían sus palabras. Éstas dejaron atónito a Jale.

- ¿En serio, vas a salir por ahí? ¿No tenías otro comentario que me hiciera menos daño? - Álex había herido a Jale, todo el tema relacionado con su condición era delicado y todos lo sabían. Cuando el pecoso se dio cuenta de lo que había dicho, sus sentimientos de rabia se convirtieron en culpabilidad.

-Venga chicos no os enfadéis. - comentaron casi al unísono Danny y Emma, los cuales observaban la situación sin saber que hacer.

-Yo, lo siento... - intentó disculparse el pelirrojo, pero su hermano ya había reiniciado el paso hacia la cima. - Espera. - dijo corriendo hasta él y le agarró el brazo. El tiempo comenzaba a hacer de las suyas y el viento ya traía consigo los primeros copos de nieve de lo que sería una tormenta.

-Siempre tengo que hacer lo que tu digas, estoy harto Álex, olvídame. - dijo este zafándose del agarre. Emma iba a decir algo al respecto pero no lo hizo debido a que Danny le susurró un "no lo hagas".

-Deja de hacerte la víctima Jale. Estás arruinando lo que tantos días me costó preparar. - Jale se detuvo de golpe para susurrar un "cállate", pero su hermano estaba tan metido en su monólogo que no logró escucharlo. La tormenta de nieve empeoraba, hasta el punto de que solo podían vislumbrar siluetas en ella. - Todo por ese carácter tan raro que tienes... - Álex estaba provocando al rubio, sin tener ni idea de las consecuencias que esto podría tener. Un segundo "cállate" más fuerte que el anterior volvió a pronunciarse y esta vez sí fue oído. - Las verdades duelen...-

-¡Basta! - gritó Jale, interrumpiendo lo que su hermano estaba diciendo. Este no pudo pronunciar más, ya que fue lanzado por los aires debido a un gran bloque de hielo que se formó instantáneamente desde el suelo. - ¡Álex! - Jale, asustado por lo que acababa de causar, fue corriendo a socorrer a su hermano. - Lo siento, yo no quería... - pero su hermano ya estaba inconsciente. Tenía una brecha en la cabeza, la cual sangraba cada vez más.

-Jale, ¿Qué has hecho? - sollozaba Emma mientras se arrodillaba junto al cuerpo de Álex. Esta miraba asombrada el enorme montículo que había surgido de la nada.

-Dime que está bien por favor... - susurraba Danny con lágrimas en los ojos. Jale, se sentía la peor persona del mundo, pero se negaba a perder a su hermano. Reunió un puñado de nieve y envolviéndolo con un pañuelo que saco del bolsillo, se lo colocó a su hermano en la cabeza.

-Debemos llevarlo rápido a un hospital. - ordenó Jale, y cargándolo a su espalda, se encaminó hacia la parada del autobús, solo quería alejarse de aquel lugar.

-Emma, llama a mi madre y explícale la situación, con suerte no tendremos que esperar mucho para cuando hayamos llegado. - El rubio caminaba cada vez más rápido, no podía perder a su hermano, no cuando había sido culpa suya. - Aguanta Álex, te prometo que te compensaré por lo mal que me he comportado. Y si no quieres hablarme más lo entenderé. - las lágrimas de Jale estaban comenzando a congelarse y sus mejillas estaban rojas a causa del frío. Sentía que perdía las fuerzas, pero debía aguantar por su hermano. La chaqueta celeste del rubio estaba tiñéndose de carmesí lentamente, lo cual le indicaba que el estado del menor era cada vez peor.