You can lean on me ➳ Vernon

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Hansol

—Y un, dos, tres... ¡Ah! Hyung, el codo debes subirlo un poco más, a la altura de tu oreja...sí, sí, así. —Dino mostró una vez más el movimiento de baile.

Eran cerca de las diez de la noche, llevábamos desde las nueve de la mañana metidos en el salón de práctica con la nueva coreografía de la canción principal de este comeback. Estábamos exhaustos, pero lejos de bajarle el ritmo a los ensayos. A medida que los días van pasando y con la fecha de lanzamiento del nuevo disco aproximándose, nuestras energías no hacen más que aumentar. A pesar de estar todos los días ensayando y repasando las presentaciones, nos sentimos cada vez más motivados para aquel día en que empiezan las promociones. Queremos que nuestras fans puedan disfrutar de buenas puestas en escena y dar todo de nosotros hacia ellas. Así que el cansancio estaba lejos de hacerse presente.

—Tomémonos 10 minutos de descanso, ¿vale? —Anunció Hoshi.

Caminé hacia una esquina donde tenía mis cosas y me senté en el suelo. Saqué una botella de agua y le di un largo trago antes de rebuscar en los bolsillos de mi bolso y sacar mi celular. Revisé un par de notificaciones, publiqué algo en el fan café y contesté un par de mensajes que tenía de mi hermana y unos amigos. Hasta que una nueva notificación de Kakao me saltó e hizo que me atragantara con el agua que estaba bebiendo.

Tienes un nuevo mensaje

Jules: "Me entere de algo y me gustaría hablarlo contigo, pero no me parece que sea por mensaje. ¿Cuándo tienes un día libre?"

—Mierda.

Oh, no. Estaba frito. Jules se había enterado que era un idol y ahora quería mandarme al demonio en persona. Debió de haber visto alguna de las imágenes promocionales del nuevo álbum o quizás los vídeos teaser del comeback, o mi cara en algún póster o artículo. ¡Era un verdadero estúpido! ¿Cómo se me ocurrió que podría mantenerlo en secreto cuando mi cara estaba en un millón de cosas por la ciudad? Jules podía pasar mucho tiempo en casa, pero no era una ermitaña, tarde o temprano entraría a alguna tienda en la que tuviesen mi rostro en un producto o se toparía con algún vídeo mío por las redes sociales. Ahhh, la había cagado. Debí de ser honesto con ella desde un inicio o haberle contado en cuanto empezamos a hacernos cercanos.

Imbécil, imbécil, imbécil.

Me daba miedo hasta abrir el chat y que le saltara que había leído su mensaje. No sabía que diantres contestarle. Tampoco estaba seguro de tener un día en el que podría salir a juntarme con ella. Quizás si movía y adelantaba algunas cosas, podría arrancarme un par de horas. Tenía que hacerlo, se merecía la verdad y a mi pidiéndole disculpas un millón de veces por haberle mentido.

—¿Estás bien? ¿Te sientes bien, Vernon? —Joshua se acercó y se agachó a mi altura— ¿Necesitas descansar más?

—Estoy bien, hyung. —respondí.

—No luces bien. Estás pálido. —replicó.

—Ahh, es sólo... —Me quejé— Creo que Jules se ha enterado de que soy un idol y parece estar molesta. —balbuceé.

—¿Qué? —espetó. Le mostré la notificación— No es totalmente seguro, pero por lo que dice el mensaje, parece ser cierto.

—¿Y ahora qué hago, hyung? —exasperé.

—Pues habla con ella. Puedo cubrirte en un par de cosas en estos días si quieres ir a hablar con ella, creo que si le explicas el porque se lo ocultaste, lo entenderá.

—No lo sé, Jules odia las mentiras. —refunfuñé.

—Pero ella confía en ti, creo que te dará el beneficio de la duda. —Joshua palmeó mi espalda— No puedes echarte para atrás, además, si ella te importa, no querrás que se aleje por un malentendido, ¿verdad?