Kurai hanabira no hana

El camino

Por los oscuros pasillos de aquella mansión, con un aspecto victoriano. Se encontraba un chico deambulando por esta. Con cabellos castaños, una mirada sería, postrada en un objeto en específico. El objeto era una bolsa extraña, que se encontraba en una mesa a mitad del pasillo, al lado de un florero. El maestro la había dejado y el chico, (Blogu) no se espero... La tentación era mucha y no podía en ver su contenido.

– El maestro siempre la lleva a todos lados y nunca nos dice que tiene. La curiosidad me mata - susurró el chico, justo antes de sentir una mano en el hombro-

– Estás en problemas mocoso - le dijo la chica, con un tono algo severo, haciendo que el chico voltee, quedando cara a cara los dos-

– ¿Qué quieres? - Le pregunto Blogu a la chica-

– Que te portes bien, porque a este paso tendrás un castigo - Le respondió rápido y conciso, para que el tarado lo entendiera-

Entonces, de la sombra del pasillo emergió una pequeña llama, era una vela, la cual, llevaba el maestro. El viejo de barba larga y blanco camino hacia ellos con paso sosegado, sosteniendo aquella pequeña vela, la cual iluminaba la barba del sujetó.

– Chicos, dejen de pelear. Por favor, ambos son familia, además es muy tarde, los demás están durmiendo. Ustedes son los únicos que siguen despiertos y peleando. - Les regañó el viejo, pero con un tono calmado, intentando corregirlos sin llegar al contacto físico-

– Maestro, con respeto. Yo solo estaba cuidando a Blogu, para que no cometiera ninguna tontería, porque estaba apunto de agarrar la bolsa... Con las piedras - le comento la chica al maestro, llevándose una mano hacia el cabello, acomodando este con tranquilidad.-

– ( Que exagerada, solo son unas piedras...) - Blogu solo se limitó a pensar, no estaba de humor para discusiones tan tontas.-

– Uff... - El viejo solo se limitó a lanzar un suspiro lleno de pesadez, el cual solo era pasa relajarse. Ya que bueno, era algo infantil aquella discusión, pero el había dejado muy en claro que la bolsa era importante y no sé podía tocar.-

– Perdón, solo me daba curiosidad saber que hay adentro - Le dijo con una supuesta pena, mirando hacia otro lado, para que pensara que se sentía apenado. Aún que no muy lejos de la realidad, a él no le importaba mucho el castigo-

– Sabes muy bien que solo los que pasan tu rango de estudio, osea, el nivel dos, son dignos de agarrar una piedra - Le reprochó la chica, mirándola con una mirada de superioridad absoluta -

– Ya, ambos parecen niños pequeños, Annie, tu comportamiento no es digno de tu rango, cálmate y Blogu, tienes que aprender a acatar las órdenes - Regaño a ambos, con un tono aún más severo, pero manteniendo su compostura recta, sosteniendo firmemente la vela frente de su cara, alumbrando a ambos estudiantes -

– Bueno... - El niño solo agachó la cabeza, retirándose del lugar, con un perfil cabizbajo. Caminando hacia su cuarto-

[Unas horas después]

Los rayos del sol golpearon la ventana y la vista de Geru, el cual, solo se movió algo incómodo por aquella sensación de la luz golpeando su vista, aún con los ojos cerrados era molesto. Abrió los ojos de manera paulatina, siendo cegado por la luz, así que solo se cubrió la cabeza con la almohada. Aún así, tenía que levantarse, no podía quedarse en cama todo el día, le tocaba estudiar para los exámenes que iba a impartir el maestro, además del entrenamiento comenzaba en un hora.  Geru solo lanzó un suspiro corto, cargado de cansacio.

– Bueno, será mejor comenzar. - dijo para si mismo, justo antes de levantarse  de aquella cama, la cual era pequeña y poco cómoda, como dormir en un colchón de concreto, o bueno, eso parecía, pregúntale a su espalda-