Se podría decir que era una chica brillante. Los señores Granger estaban orgullosos de su hija pero había algo que debía mejorar: su vida social. Y fue en ese verano y en aquel campamento del bosque de Dean donde Hermione se hubo de espavilar para p...
Hermione Granger era la típica chica introvertida que vivía dejando transcurrir su día a día a través de los libros de texto, las novelas y las fascinantes obras del séptimo arte. Contaba con pocos amigos, casi todos del club de lectura online. Sí, Hermione Granger era una sabelotodo en potencia, lo que no sabía era que tal potencia no sólo era esa y que, en pocos días, sabría de ella. Y allí estaba, en ese campamento de verano en mitad del bosque de Dean por orden expresa de sus padres, incómoda y molesta.
Suspiró deshaciéndose la coleta que controlaba su enmarañado pelo castaño por enésima vez. Bien cierto era que no le desagradaba la idea de pasar unos días en aquel lugar, no en vano participaba en un foro sobre ciencias; lo que no toleraba era hacerlo sin la compañía de sus padres y, sobretodo, obligada. ¿A qué tanto afán por hacer amigos?
Vergüenza, sentirse fuera de lugar, esas fueron las reacciones de aquella joven de 17 años. Miraba cómo la gente se iba organizando en grupos. Seguro que ya se conocen –pensó siempre crítica. Pero amedrentarse no era su estilo así que, aferrando bien su equipaje de mano, se acercó presta hacia aquel monitor que ya les estaba llamando la atención para que se acercaran.
- Buenos días chicos, bienvenidos a La Madriguera. Soy Percy Weasley, encargado de informaros sobre las reglas del campamento.
- Bla, bla, bla, bla...- le interrumpieron dos jóvenes idénticos que, dada la similitud física que compartían con quien habló, teniendo todos el mismo cabello pelirrojo; pudieron deducir el parentesco que les unía.
- Fred, George... – se escuchó que les llamaba la atención entre dientes. Las mejillas teñidas de rojo detonaban su vergüenza y frustración por la interrupción.
- El toque de queda es a las once ymedia – le hizo caso omiso Fred.
- El desayuno es a las nueve –prosiguió George.
- Y durante el día pasará alguien para limpiar vuestros cuartos, así que cuidadín con lo que hacéis pillines – concluyó de nuevo Fred guiñando el ojo y mirando al grupo con actitud traviesa.
- Fred y George: los monitores para las actividades de noche – les presentó Percy derrotado – Sólo me cabe deciros que en breve os daremos unos folletos con el mapa y los horarios de cada una de las actividades. Esperamos que disfrutéis de la estancia; esta es vuestra casa.
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Habían pasado ya tres días y la verdad era que Hermione se sentía sola. Compartía bungalow con dos chicas más, una tal Lavender y una tal Padma; no le caían mal aunque, a decir verdad, no se llevaban... ambas chicas iban y venían sin contar con ella para nada. Tras los saludos y presentaciones de rigor, para la rubia y la de raíces hindúes, la callada de Hermione Granger no existía.
