Único Capitulo: Return to Destiny

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Cuando abrió los ojos, la habitación le pareció extraña y tambaleante. No debe ser bueno, pensó Levi. Observó su brazo. Estaba vendado, pero le dolía y por ende, aún lo sentía. Al menos, eso era una buena señal. Al acomodarlo sobre la cama nuevamente, observó la cama de al lado.

Mikasa también había sido herida.

Habían tomado Liberio por sorpresa.

Eren había hecho bien su trabajo. Por suerte ellos habían podido salir con vida. Eren permaneció en Liberio, haciéndole creer a su hermano y a la joven que manejaba el poder del titán carreta, que estaba de su lado.

Levi no sabía nada sobre lo que había sucedido entre Mikasa y Eren. No tenía idea sobre que Mikasa había roto su vínculo con Eren, gracias a que éste la había llamado "una simple esclava de su propia sangre", que le había dicho haberla odiado siempre y la golpiza que le había dado a Armin cuando éste reaccionó para defenderla.

Le había tratado como un experimento. Tratamiento que ella nunca le dio a él.

En el fondo, Eren lo sentía. Pero no existía futuro alguno posible en que ambos viviesen. Y él deseaba proteger a la joven que siempre lo protegió a él. "Debes proteger a Armin y Mikasa", era lo que Eren sabía que El Búho le había dicho a su padre, sobre dos seres que no conocía y no habían nacido.

¿Eran sus propios recuerdos?

Así que Eren eligió sacarlos en un dirigible a todos y enviarlos de regreso a Paradis.

Y allí estaban. Tumbados en una cama. Recuperándose de sus heridas para retomar las armas una vez pudieran moverse.

Mikasa luchó sola contra el titan carreta y había pasado por una gran prueba al ver cómo Eren había sido decapitado y como Gabi, la niña que había salvado antes, era la responsable. Desconocía si continuaba vivo. Levi también. Y deseaba que lo estuviera. Mikasa estaba ya demasiado rota.

Levi llegó casi al final de la batalla. Aún debían decidir en el consejo si continuarían con la misión, aunque a juzgar por lo que estaba sucediendo y al hecho de que no había cabida, irónicamente, para ellos, en ese mundo, posiblemente no habría más ninguna misión. En ese momento aunque quisieran, no había un solo soldado en buena salud. Y ya no importaba. Floch Forster era ahora el instructor. ¡Un maldito mocoso, el instructor de los reclutas! Y había casi matado a golpes al anterior, valiéndose de los mismos reclutas, el muy imbécil.

Mikasa se removió en la cama pero no despertó. Parecía tener mucho dolor pero, según sabían, tendrían mucho tiempo para descansar.

Sintió un fuerte dolor de cabeza y le palpitaban las sienes. Con las manos sobre la cabeza, cerró los ojos. Las palabras de la joven Ackerman, llegaron, entonces, a sus oídos, recordando el momento de su pelea juntos. Para nadie era un secreto que en batalla conjuntamente, eran invencibles .

"..¡Apúrate... Y no mueras!..."

Unos segundos después de esas palabras, Mikasa derribaba al penúltimo titan y caía, desfallecida en el suelo, sangrando profusamente por un costado. Al saltar sobre la nuca del último titán y dar órdenes a Jean y Armin a falta de la ayuda de Hange que batallaba con el dirigible, Levi corrió hacia la chica ante la mirada de ambos chicos; Jean parecía celoso pero no mencionó nada, Armin parecía preocupado por su amiga. Levi la tomó en sus brazos y revisó su rostro de pasada. Sin reparar en sus propias heridas caminó con ella hasta el dirigible.

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Cuando Mikasa despertó, se sorprendió bastante por lo que halló. Junto a ella, había flores del campo; asteres de un tono violáceo decoraban un florero de cristal. Junto a ella, una jarra y un vaso. Todo estaba impecable. La ventana estaba entreabierta, de manera que la brisa matinal entraba a través de la cortina. Mikasa se incorporó en la cama y sentada, admiró las flores.

No mueras - Semana RivaMika 2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora