Capítulo XIII

1.4K 119 31
                                    

Necesito dormir en una cama o, como último recurso, en un saco de dormir. He despertado con un horrible dolor de espalda por haberme quedado toda la noche sobre el suelo. Incluso me cuesta un poco girar el cuello, es como si estuviera torcido. Esto de estar viviendo en la intemperie terminará por hartarme.

—Muero de hambre —se queja James y estira los brazos por encima de su cabeza.

Yo también muero de hambre, mi estómago incluso está doliendo un poco. Pero creo que tendremos que aguantar, a no ser que queramos cocinar a alguno de nuestros Pokemon. Es eso o recurrir al canibalismo.

—No sobreviviremos mucho tiempo si no comemos algo —dice Jackie—. Tiene que haber una ciudad cerca de aquí.

La ciudad…

Llevamos involucrado en este asunto algunas semanas, pero parece que no hubiera visitado una ciudad en mil años. Ya ni siquiera puedo recordar con claridad cómo es vivir entre grandes edificios. Aunque, a decir verdad, nosotros vivíamos en los suburbios. Pero, aún así, es extraño pensar en volver a estar rodeados de personas. Incluso es un poco aterrador.

— ¿A la ciudad? ¿Estás loca? —reclama Sheryl con voz aguda—. ¿No te das cuenta de lo que estás diciendo? En la ciudad habrá más personas al rededor de nosotros, ¿cómo sabes que esas mismas personas no serán miembros de la Elite que están esperando a pillarnos distraídos?

—Sé que habrá una multitud alrededor de nosotros, pero eso podría ser favorable —le responde Jackie alzando un poco la voz, no debe estar muy acostumbrada a que alguien la contradiga—. ¿No lo has pensado? En campo abierto corremos más peligro que estando en la ciudad.

—En la ciudad correríamos peligro —insiste Sheryl.

—En campo abierto es donde nos arriesgamos más —insiste Jackie—. Si la Elite ve a un grupo de Entrenadores vagando por los bosques o por cualquier sitio solitario, ¿qué crees que harán? Atacarían, porque sabrán que somos nosotros. Si vamos a la ciudad, en cambio, habrá muchos otros Entrenadores que podrían ser una buena pantalla para ocultarnos. Y la Elite no se arriesgaría a atacarnos si estamos a mitad de una calle concurrida, no llamarían la atención de esa manera.

—O podrían atacar a todas esas personas con tal de llevarnos con ellos —puntualiza Harumi cruzándose de brazos.

—Están hablando con un ex miembro de la Elite, ¿lo olvidan? —Reclama Jackie arqueando una ceja—. Yo sé bien lo que ellos harán, sé cómo actuarán ante esta situación, y sé que en la ciudad es donde menos peligro corremos.

—No eres la única que forma parte de la Elite —reclama Liz—. Y yo estoy en desacuerdo contigo.

— ¿Qué vas a saber tú, Mawson? —se queja Jackie con desdén.

—Sé más de lo que te imaginas —responde Liz con violencia—. Si vamos a la ciudad y la Elite nos descubre, todos iremos desapareciendo. Uno a uno seremos secuestrados y nadie se dará cuenta de lo que ocurre.

—Nadie, excepto nosotros —dice Sheryl.

—Como si alguno de ustedes pudiera hacer algo —se queja Liz—. Son niños todavía, no tienen idea de con quiénes estamos tratando.

—Con las mismas personas que asesinaron a mi hermana —dice Sheryl y todos guardan silencio—. Personas de la misma calaña que esta maldita zorra.

Señala a Jay Jason con un dedo acusador. Recién ahora he reparado en que la han amordazado y está atada de pies y manos. ¿Cómo se supone que vamos a entrar a una ciudad si queremos mantenerla lo más quieta posible?

Pokemon V: La Batalla Contra la EliteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora