─ Qué será esta cosita adorable que esta durmiendo en mi cama─ Mang recién había llegado a su habitación y para su sorpresa, había una bolita debajo de sus sábanas; este decidió preguntar en voz alta para sí mismo, aunque ya sabía quién era y le había traído un regalo.
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─ ¡Soy yo!─ la cosita adorable se quitó las sábanas de encima para poder sorprenderlo.
─ ¡Mi Tata!─ exclamó Mang contento─ Mira, te traje un perrito.
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─ ¿Qué es un pedrito?─ preguntó curioso al ver a la bola de pelos agitando su colita y sacando la lengua.
─ Pedrito no, perrito... es un animalito muy fiel, te amará a pesar de todo.
─ Se parece a los Tatas.
─ No le veo el parecido aunque son muy tiernos los dos─ sonrió entregándole al pequeño su regalo especial.
─ Ñooo, me refiero que un Tata también es muy fiel a la persona que ama a pesar de todo... solo si encontramos a la persona correcta para amar─ esto último lo dijo con un gran brillo en sus ojos mirando a Mang.
Apareció un gran sonrojo en ambos, pero poco después fueron al campo para jugar con el pequeño cachorrito. Tata veía como el perrito lamía mucho a Mang y se sentía celoso, este último fue donde él para repartirle muchos besitos en todo su rostro y borrándole así cualquier rastro de celos. Era oficial, Tata tenía al mejor casi novio de todo el mundo.
