DULCE MEREDITH.

III.

Mentira...
Qué va, es una tonta mentira de que solo una vez consumí drogas. Y había decepcionado a Tim.
—¿Segura que solamente te irás, Meredith?—cuestionó mi hermana, su voz demostraban que no estaba convencida con mi repentina idea tonta.
—Si, iré unos meses con Jeremy, me hará bien, siempre me sana y me saca de los hoyos en los que yo sola me meto.—sonreí.
—A Tim no le gustará esa idea.—aseguró.
—Es que, ¿No entiendes? No le diré a Tim que me iré de Londres corriendo como tonta a Manhattan para remediar mis errores.
Me detuve en mi trabajo de doblar y acomodar ropa mía en aquella maleta.
—No quiero hacerle más daño, encontrará a alguien mejor que yo, Lily o tal vez Kiernan, o Saoirse... Ellas son aún mejor que yo.
—Te equivocas, Meredith,—me sonrió tomándome de los hombres, secó aquellas lágrimas bajar por mis mejillas y habló:—Tim te escogió a ti porque encontró algo que las otras no tienen, te prefirió a ti que a la hija de Jhony Deep.
—Me iré con Jeremy, nos servirá, ambos nos dejó nuestra pareja.
—Tecnicamente tú lo estás dejando.—musitó.
—Ayer me abandonó cuando más lo necesitaba, Alycia.
—Y él te necesitaba sana, no con drogas dentro de ti, casi mueres ayer por eso, nadie es nadie para decirte que hagas o no algo, pero se llevó un fuerte golpe, Meredith. También hay que comprenderlo, ¿Sí?
—Si, entiendo, pero me golpeó antes cuando me abandonó por Kiernan en mi fiesta, se fue, ni siquiera pudo explicarme las cosas, sólo se largó botándome como basura.
—Te entiendo perfectamente, a los dos pero las cosas no se arreglarán si ambos huyen.
Pensé y antes de volver a seguir con mi labor de empacar, marqué al número de Jeremy, iría a  Manhattan, aún con todo el peso de las consecuencias que haya.