❝ YoungJae es un famoso escritor que lleva más de tres años escondido en su departamento, apartado de los medios y hundiéndose en lo más profundo de su tristeza. No hay nada más trágico que un escritor sin inspiración y él es la prueba de ello. Su m...
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El dúo conformado por el escritor y el cocinero se había dispuesto a comenzar a desempacar los adornos, para revisarlos y empezar a decidir donde colocarlos.
— ¿Por qué las luces son grises? —Preguntó YoungJae luego de conectarlas para ver su destello, ya que el mayor tuvo que detener su llamada cuando pasó a la caja donde se encargaban de revisar los artículos para cerciorarse de que funcionaban correctamente.
— Si escogía otro color, se iba a perder el protagonismo a las paredes. —Las señala. — ¿No lo crees? El amarillo debería resaltar todo el tiempo, pensé que podrías tomarlo como decoración fija.
YoungJae alza una ceja.
— ¿Luces de navidad como decoración fija?
— ¿Qué hay de malo? —JaeBum se encogió de hombros. — Le daría un nuevo toque al lugar, no le dejes todo el trabajo al amarillo.
— Debería contratarte como mi diseñador de interiores o algo así.
— ¿Es tu excusa para no darme un aumento? —YoungJae carcajea mientras intenta desenredar las luces. — Qué ofensa, definitivamente.
Entre las quejas sin sentido de JaeBum, los adornos ocuparon todos los espacios de la mesa y tuvieron que utilizar algunas sillas. YoungJae estaba confundido con los objetos ya que pensaba que sería algo sencillo, pero eran demasiadas decoraciones.
— Es para el árbol. —Le aclaró JaeBum, quien estaba en el suelo abriendo la caja donde el mismo estaba empaquetado.
— ¿Los árboles llevan tantas cosas?
— Solo si quieres uno simple.
Entre todas las cosas, YoungJae se encontró con un dúo de bufandas, una tenía el típico adorno de árboles y empaques de obsequios encima de la tela verdosa, mientras que la otra era de un tono cobrizo oscuro y diferentes tipos de pasteles y postres adornando la tela.
Verlo le causó una pequeña sonrisa en el rostro y se gira hacía el mayor, con el paquete en sus manos.
— ¿Los árboles tienen frío? —Era un comentario
— Es para nosotros. —Aclaró JaeBum, finalmente liberando el árbol del cartón que lo protegía.
YoungJae frunció un poco su ceño en forma de confusión, JaeBum se había incorporado para caminar hacia él.
— ¿Los pasteles son un diseño navideño? —Ladeó su cabeza, reprimiendo la sonrisa que quería salir cuando JaeBum le quitó el paquete de los manos.
— Para los pastelitos como tú, sí. —Comenzó a rasgar el plástico. — Acércate, quiero enseñarte a colocartela.
YoungJae se cohibió un poco bajo sus brazos, la bufanda de pasteles fue saca del empaque y ahora se encontraba siendo estirada bajo las manos de JaeBum. El cocinero se fijó en su cuello, con las cejas juntas y sus labios apretados, mientras extendía sus brazos por encima de la cabeza de YoungJae y luego las baja a la altura de los hombros. La suave y cálida tela le erizó la piel, pero el hilo le regalaba una textura agradable. JaeBum murmuraba como debía envolverla mientras lo hacía en su cuello, pero no estaba prestando atención. Se dedicaba a disfrutar la sensación que la bufanda le producía y el aliento del contrario cerca de su oído cuando arregló un doblez accidental en esa área.
