Roi - Cuando sustituí tu nombre

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- Alice, deja de correr.

- Alcánzame si puedes, mon beau ciel.

Mon beau ciel, con sinceridad, ya había olvidado en qué momento comenzó a sustituir mi nombre por esa frase y yo... yo amaba que ella me llamara así. 

Mi madre siempre me llamaba mi cielo hermoso, supongo que en alguna de tantas ocasiones Alice escuchó a mi madre llamarme de esa manera y comenzó a, siempre, sustituir mi nombre por esa frase. Yo detestaba que mi madre me llamara así frente a las demás personas, pero cuando Alice lo decía yo olvidaba todos mis males, simplemente amaba que ella me llamara así enfrente de todas las personas, sentía que era una necesidad que los ajenos a nosotros supieran que ese era el nombre con el que ella me había bendecido. Era la misma frase en dos idiomas distintos, pero no era el idioma, era su voz. En ocasiones sentía que más que una expresión de amor hacia mi persona, era una manía suya decir esa frase.

Alice no hablaba francés, pero aún cuando solo supiera algunas palabras que aprendía de las cartas que recibía de su hermano, su pronunciación era perfecta. Hacía 10 años que su hermano se había mudado a Francia víctima de un amor clandestino que levantó un mar de críticas negativas a su padre, el señor Adley Athens.

- ¿Escuchó lo nuevo de hoy, señora Watts? el hijo de sir Athens se fue con una prostituta - le susurraba la esposa del panadero, una mujer regordeta de pelo castaño que olía a levadura podrida, a la señora Watts. 

Por una de las aceras principales del centro de la ciudadela un grupo de jóvenes hablaban de lo mismo, era la novedad del día, algo que yo llamaba la desgracia del pueblo horrible en el que vivíamos. 

Todos te conocían y todos sabían si hacías algo tan "aterrador" como irte a Francia con una mujer que se dedicaba a satisfacer una de las necesidades más comunes en la vida de un humano, y no es que ignoraran el hecho de que los esposos de muchas de las que susurraban y criticaban sin piedad al pobre joven Alvin Athens habían disfrutado de los seductores servicios de Didier Bellaits, sino que en su hipocresía se sentían aliviadas de que sus esposos no fueran el hombre con quien al final escapó. Aunque estaban en una absoluta confusión y en un error grande ya que la Didier de Alvin no era la misma mujer que Didier Bellaits, pero estaba claro que aquellas mujeres no se iban a molestar en preguntar por la verdadera historia, ni siquiera imaginaban que hablaban erradamente, su verdad era absoluta, el hecho de escuchar el nombre "Didier" ya era símbolo de condenación y es que, curiosamente, Didier Bellaits había huido a su país natal con un hombre de nombre Avin, ¡en qué lío te metiste Alvin! pensé cuando Alice me contó la historia real. Parecía que todo conspiraba para que aquel muchacho fuera condenado eternamente. 

El señor Athens sabía que Alvin había huido a Francia con Didier Vilette porque él se negaba a concederle el permiso de casarse con una mujer que no viniera de una familia lo suficientemente prestigiosa. El señor Athens jamás aceptaría en su familia a ninguno que no tuviera un apellido de igual prestigio que el suyo o mayor. Al final su decisión fue contraproducente pues el proceder de Alvin hizo que las mujeres sin quehacer se pusieran a realizar conjeturas absurdas, el alcalde de Stratford se había metido en un rollo más grande.

Por fin había llegado a donde estaba Alice, jamás entendí sus ganas correr hasta nuestro lugar, o eso sentía yo, que ese era nuestro lugar, que era único. Saliendo de la ciudadela habían cientos de árboles al rededor si te adentrabas un poco más estaba el cause de un río y justó al lado del mismo habían unos troncos acostados de algunos árboles, todo parecía hecho para nosotros, el río, los árboles, ella parecía hecha para mí y yo para ella. 

Se sentó en uno de los troncos y me miró, su mirada era penetrante, sus ojos eran azules como el mar, su cabello era como el sol, rubio y rizado; a esa hora, en ese instante, ella se veía hermosa no parecía parte del lugar, ella era celestial, el lugar parecía rendirle homenaje pero no podía, ella era preciosa. Miré hacia el río, para evitar que ella viera lo débil que me hacía cuando sus ojos posaban en mí, si ella me miraba yo le daba el mundo sin chistar.

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⏰ Last updated: Jul 14, 2020 ⏰

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