Capitulo 9

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Matt Howard.

Típico chico de la mirada acosadora, en ninguna ocasión habló, intimidó a muchos, y por supuesto, yo no fui una excepción.

¿Que si era guapo? Claro.

Al mirarte, te capturan sus ojos azules, ahogándote en su mar de misterios.

El asistía a las mismas clases que yo en la universidad.

Yo no resaltaba en el campo visual de Matt ni siquiera era alguien quien valiera la pena recordar.

Las afirmaciones de Sherrie, no las creía, pero parte mía, si.

No.

Tal vez.

Este chico no encajaba en mi lista de candidatos en ser el misterioso admirador. O mas bien, yo no era su tipo de candidata en ser salvada de sus intimidaciones.

Con todas estas suposiciones día a día, ya me sentía en "Las Pistas de Blue." Yo era el tipo de camisa verde rayada, Lizzie era Blue, y mi cama el famoso "sillón de pensar."

Y fue ahí cuando alguien especial vino a mi mente.

Harry.

Mi hombre soñado.

Como desearía que fuera el admirador secreto.

¡Por el amor de Dios! Eso solo es una cursi fantasía. El es demasiado hermoso y especial para mi. Yo, aunque quisiera no lo merezco. Solo lo deseo.

Todo el resto del fin de semana, se había escapado rápidamente.

Me estaba vistiendo para cenar con Harry y a la vez un debate mental entre la camisa negra con corazones blancos o la blusa gris con el estampado "In Utero" .

Nunca me había importado por la impresión de los demás sobre mi forma de vestir, pero con el, era diferente. Si me ponía la blusa gris me haría el comentario "Nirvana, memorable banda". En cambio, la camisa me daría un aspecto de niñita dulce.

A la mierda, una blusa es mas cómoda.

Termine de alistarme, no quería llegar tarde.

Clima, fresco como todos los días nublados en Liverpool. Era mi primera cena, hace mucho tiempo, fuera de la cafetería. Daba el sentimiento que la estaba deshonrado. Aunque siempre lo haría por Harry.

Llegue al restaurante Frank & Maura's, lugar en el cual mi pulso se acelero. Me podría dar un infarto por tener la presión tan alta.

Me pare enfrente de la puerta, armándome de valor.

Vamos Emilia tu puedes, es una de las pocas oportunidades que tienes con un chico así.

Tomé un suspiro y finalmente entre.

El sonido de guitarras lleno mis oídos dándome un aire de los 80's. Balck Sabbath explotaba por las bocinas.

Al parecer no era un lugar muy concurrido.

Motas cafes, motas cafes, motas cafes. No habia motas cafes por ningun lado.

Senté mi torpe trasero en una butaca, rezando al cielo, que no me deje plantada. Tronaba mis dedos, consecuencia de los nervios, normal en mi. Alise unos cuantos cabellos que estaban fuera de lugar.

Se acerco una chica morena, mascando chicle que se oía por todo el local. Una mesera.

-¿Le tomo la orden?-

-Por ahora no, estoy esperando a alguien-

-Ya no mas- dijo esa voz lentamente ronca.

Era la emoción o creo que cada vez que lo veo se ve mas guapo. Su cabello largo peinado hacia atrás, vestido con con una camisa gris y jeans negros.

-Hola, Harry-dije tratando de no quedarme paralizada.

El tomo asiento enfrente de mi juntando sus manos en un puño sobre la mesa.

-Hola, lamento la demora- dijo con una sonrisa torcida.

-No te preocupes, acabo de llegar-

Me di cuenta que la mesera seguía ahí mirando coquetamente a Harry rizando un mechón de pelo entre su dedo.

Perra.

-Gustan algo de tomar?- dijo ella sensualmente con la voz mas falsa posible.

Harry tomo el menú para luego preguntarme.

-Qué quieres, linda?-

Me acaba de llamar linda. Cree que soy linda. Tal vez fue algo para que la frase no sonara tan aburrida. O solo fue por cortesía.

No tarde ni un solo segundo en ruborizarme por completo.

A veces desearía no ser tan obvia. ¿A veces? Mas bien, siempre.

-Un hot dog, por favor-

-¿Y para ti, guapo?- Harry arrugo su nariz como si se hubiera asqueado con el comentario de la camarera.

-Una hamburguesa, por favor-

La mesera tomo nuestros menús para después irse sin no antes guiñarle a mi acompañante.

-¿Y como te ha ido hoy, guapo?- dije burlescamente.

Yo espera ver otra vez su arrugadita nariz la cual lo hacia muy tierno, como un cachorro. En cambio recibí a su grandiosa sonrisa torcida.

-De maravilla-

-¿Porqué a ti te molesta que yo te diga halagos?-

-No me molesta, solo no me gusta-

-Pero porque si aceptas mis halagos?-

El aparto la vista de mi hacia la mesa, soltando un suspiro empujando su servilleta. 

-Porque sé que no halagas todos-

[...]


El numero siete no.

No el numero siete.

-El siguiente equipo son los del séptimo boleto- dijo la escandalosa voz del maestro de periodismo.

Ahora viene lo peor, trabajar en equipo, no es que tenga algo en contra de ello, solo que se me facilita el trabajo solitario. Y siempre tengo la maldita suerte de trabajar con inútiles que no hacen nada.

-Numero siete, ¿no es así?- 

Soy la persona con mas maldita suerte. 

El mundo quiere verme pasar vergüenzas.

-Mmm si, eso creo- 

-Algún tema en especial para el informe, vamos tu eliges-

-Perros?- dije tratando de evadir sus brillantes ojos azules.

-Estas libre el sábado?-

-Claro, en la cafetería?-

-Trato hecho, hasta luego,  Emilia-

-Adios, Matt

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⏰ Última actualización: Jun 06, 2020 ⏰

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cartas a ella | h.s.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora