Capítulo 39: Una conversación real.

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Capítulo 39: Una conversación real.

Skyler.

Me siento avergonzada.

Estuve tan centrada en mis problemas, en mis propios objetivos, que logré olvidar a quienes estaban a mi alrededor. No puedo olvidar de la noche a la mañana el odiar mi cuerpo porque es un proceso que toma un tiempo largo. Sin embargo, abrazarlo, sentir como sus lágrimas mojan la coronilla de mi cabeza, el temblor de su cuerpo con cada sollozo me hace consciente de cuánto le duele haber tomado esta decisión y de la línea sensible donde estamos parados.

Aprieto su cuerpo y, aunque no puedo abarcarlo abiertamente, quiero demostrarle que no lo odio por su elección.

Duele.

Quema imaginar que ya no estaré a su lado pero no puedo mentirme y decirme que el amor lo soluciona todo. Es cierto, me asusta el que deje de existir un 'nosotros¨ que nos conjugue a los dos. Aunque no por eso actuaré como una loca irracional que no acepta un no como respuesta así que, me permito soltar las pocas lágrimas que me quedan después de tanto llanto. Mis ojos arden como nunca, los lentes permanecen empañados y no hago ademán de quitármelos.

Si algo he aprendido de la tóxica relación de mis padres es aceptar que no siempre amar es motivo suficiente para permanecer juntos. Papá ama a mamá y, aún así, existe un abismo entre ellos por culpa de mi madre. El amor se cultiva día a día, sin mentiras, sin censura, sin miedo al qué dirán. Estoy segura de que lo amo con todo mi corazón y no he sido capaz de decir el primer te amo por miedo a sufrir, porque una vez dicho no hay vuelta atrás.

Después de unos minutos, Zachary aprieta mis hombros hasta alejarme. Puedo ver sus ojos llorosos y me siento en la necesidad de decir algo, lo que sea, sin embargo nada sale. Él parece confundido por un segundo por lo que tomo eso como mi oportunidad de hablar.

— No te odio. Yo... Entiendo a qué te refieres, debo aprender a amarme para poder amar alguien más. Tú, por el contrario, necesitas perdonar. No es el momento de estar juntos.

— Me alegro que comprendas. No estamos listos para compartir con otros— hace una pequeña pausa—. Esto no cambia en lo absoluto mis sentimientos hacia ti. Te sigo amando tanto como lo primera vez que lo dije y nadie sería capaz de hacerme sentir ni la mitad de lo que tú lo haces. Esperaré tanto como deba, sé que también lo harás.

Sus ojos me observan fijo, como si esperara una confirmación para saber que lo haré de verdad. Toma mi muñeca.

— Te esperaré.

Asiente lentamente. Me suelta de su agarre.

De pronto seguir aquí quema. Estoy siendo racional al aceptar su decisión, el problema es que no disminuye el desasosiego en mi corazón. Vine buscando una segunda oportunidad y encontrar con un rotundo no es desalentador, pero él tiene un punto bastante válido e imposible de ignorar.

Z rasca su nuca como si no supiese qué decir o hacer. Entiendo cuán incómoda es la situación así que opto por asentir girando en dirección a la puerta. Entonces me detengo.

— Por lo regular, cuando las parejas se toman un tiempo es sólo una formalidad para terminar.

— Nosotros somos todo menos una pareja convencional, Caramelo— sus labios se curvan en una sonrisa que arde como el demonio.

Luce tan precioso con ojos llorosos y sonrisa amigable que parece irreal el hecho de estarle dando la espalda a una de las pocas cosas que me han hecho sonreír, reír, ser feliz. En un impulso, corto la distancia que nos separa y dejo un rápido beso en la comisura de sus labios. No espero respuesta. Me alejo, técnicamente corriendo hasta entrar a la casa. Probablemente me recrimine luego el tomarme ese atrevimiento pero será la última vez, en no sé cuánto tiempo, que sentiré la sensación de sus labios.

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⏰ Última actualización: Jan 23, 2022 ⏰

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