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- ¡Felices 15 Jimin!- soltaron su pequeña familia tras despertarlo con pastel de mano, un maravilloso desayuno acompañado de cosquillas y risas; nada peculiar que no le hubieran dado en sus anteriores 5 cumpleaños. El chico se sentó seguido de un bostezo y les sonrió con ese peculiar gesto de cerrar completamente sus ojos en unas líneas adorables, agradecido muy pero muy en el fondo de tenerlos como sus parientes entre de sangre y entre los que no lo eran, aunque... claro que preferiría estar solo.

-¡Que apague las velas! - insistió emocionado su padre, que en realidad no era su padre.

-¡Nooo!, que pida un deseo primero, vamos Jimin – los ojos negros de su hermano mayor se hicieron aún más grandes de lo que ya eran cuando acerco el pastel tan cerca que pudiera soplar las velitas perfectamente distribuidas en el centro. Asi que sin más cerro sus ojos apretándolos tan fuertemente que sintió dolor y pidió lo que siempre pedía; Deseo que la compañía que en sus primeros 10 años tuvo, volviera, de una manera u otra. Extrañaba realmente la calidez de un abrazo de su padre, de reír por minutos de chistes tontos y bromas infantiles, quería sentir una vez más la calidez de un ser adorable que le hiciera la existencia no tan vacía.

Cuando la Señora Park le dio la noticia a su pequeño hijo que se casaría una segunda vez era el día de su cumpleaños número 10. Ojalá no hubiera recibido dicho regalo, porque no le estaba gustando la idea de imaginar que ahora en casa, en su juego y en sus meriendas llenas de helado los viernes, serian compartidas entre 3, bueno cuando unos grandes ojos negros le regalaron una amplia sonrisa se había dado cuenta que sería entre 4 en realidad.

No había sido fácil. Para un niño de 10 años, cuyo padre había mimado tantos años, recibir la noticia de un padre en coma (después de ser arrollado por un automóvil al salir tan de prisa del trabajo) no había sido nada fácil. El día en que su madre decidió que era hora de dejar ir a su padre, Park Jimin había aprendido a dividir correctamente cifras de 2 números.

-Mochi, Cariño, no olvides llegar antes de las 5 hoy. Seguro que tu padre y hermano querrán que te llevemos a cenar. Seguro Yoongi va a ir, así que puedes invitar a Solar.

Asintió en aceptación sonriéndole a su madre, tomo su mochila y salió con calma hasta llegar al coche, donde su "Hermano" lo esperaba

Subió al coche y coloco su cinturón de seguridad después de un discurso de su Hermano Jungkook acerca de lo común que son los accidentes automovilísticos en esos días <<Si bueno, mi papá quedo en coma gracias a uno y después de eso murió, por si no estabas enterado>>, quiso haber dicho pero la cara de culpabilidad y las mil disculpas que su hermano le había dado todo el camino a la escuela había sido más que suficientes. A veces no comprendía porque no podía sentirse parte de esa familia, de su familia. Eran unas personas agradables en general y unidas, y por eso odiaba que él mismo se había poco a poco excluido de esa feliz familia.

-¡Feliz cumpleaños Jimin!- lo apretujo Solar hasta que sintió que si ejercía mas fuera rompería a su amigo más cercano, - lo siento, ¿te he dejado sin aire Mochi? - Pregunto al menor con pena y depositando una cajita con moño de regalo sobre las manos del chico.

-Noona- La chica lo miro atenta – Saldremos a cenar hoy por mi cumpleaños, ya sabes en plan "familia", ¿quieres venir?

-Me encantaría Jimin...

-Pero... ?

-Bueno, Realmente no sé si debería ir porque me gustaría que siguieras intentado convivir con tu familia, sigo sin comprender como no puedes adorar a Jungkook, es un tipo muy agradable

Park le sonrió con esos adorables ojos y le devolvió el abrazo, claro, este sin ser asfixiante.

Solar era una amiga cercana, quizá la única amiga que tenia por decisión propia. No porque los demas no fueran amables, pero el prefería la calidad antes que la cantidad. Su amiga sabia que él jamás se había sentido en sintonía con aquellas persona que debía llamar familia, y no comprendía porque; lo trataban bien, lo consentían un monton, le daban lo mejor, respetaban sus decisiones y sobre todo lo apoyaban. Jungkook era un chico bastante comprensible, jamás obligaba a Jimin a hacer cosas que no quisiera, ella misma se había quedado dias completos en aquellla casa y era cierto que a veces Jungkook y su padre peleaban, que a veces su madre tenia malos dias como todos y llegaba cansada porque nadie había lavado los trates sucios, pero esas cosas pasan en cualquier casa, asi que Solar seguía queriendo saber porqué su mejor amigo se excluía de aquella familia, porqué nunca llamaba a Jungkook hermano y lo evitaba lo más posible entre pasillos de la escuela. Aunque Solar fuera su mejor amiga, Jimin definitivamente no le diría que todo era porque él había estado bien asi, él estaba bien solo estando con su madre, él no necesitaba una jodida familia, no quería un padre nuevo y mucho menos un hermano  mayor que era tan amable y "buena onda" con él, que le hacia sentir una basura por no devolverle un poquito de ese buen trato, él se limitaba a ser silencioso y adorable al sonreír, no podía dar mas.

Rose Colored Boy~Where stories live. Discover now