《Capitulo 1》

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Bienvenidos sean a Isla Pájaro, una isla con una vegetación variada, un clima cálido y personas muy amigables. La mayoría de sus hogares se encuentran en el centro de la isla y en lugares en donde no hay tanta vegetación. Durante mucho tiempo esta isla estuvo a salvo de cualquier ataque de afuera que pudiera amenazar a los seres de este lugar. Los ancestros de los pobladores decían que había alguien cuidándolos. Una leyenda. Esta cuenta que hubo una vez un ser alado, similar a un ángel, que cayó del cielo y se estrelló en la isla. Él se amistó con los habitantes y juró protegerlos y cuidarlos de cualquier cosa que amenace su paz. En la actualidad, se volvió costumbre entre los isleños contar esta historia a los más pequeños. 

Todos viven felices y contentos, sin muchos problemas...Bueno, todos excepto alguien. Alguien que necesita compañía y ayuda en la situación que esta. ¿Habrá alguien? Claro que no...o quizás sí.

(...)

Una niña de pelo rosa y ojos azules se estaba despertando, escuchaba los llamados de sus padres para que se despertara. El primer día de regreso a clases al ultimo curso. Se tuvo que cambiar de guardería por razones personales . Ella se apresuro a vestirse, cuando estuvo lista agarro su mochila y fue con sus padres que estaban en el comedor. Su padre no era mas ni nada menos ni nada mas que el alcalde del pueblo: el Juez Picudo. Era bajito, se vestía formalmente y por ahora tenia barba y pelo .Y su madre era vendedora de mermeladas, las mas deliciosas del pueblo.

Oh hija se hace tarde para irte, ten toma unas galletas y ve con tu madre rápido- Habló el hombre mientras le guardaba las galletas en su mochila- Cuídate mucho.

Si papá, te amo.

Ella lo abraza y su padre corresponde el saludo, después fue con su madre mientras daba pequeños saltitos. Cuando caminaban las personas que pasaban por ahí las saludaban, casi todos se conocían en ese pueblo así que era normal que muchas personas se saludasen al mismo tiempo. Stella veía todo a su alrededor , casas normales, casas de árbol grandes, tiendas y muchos muchos árboles. Las calles no eran de asfalto eran de tierra. Delante de ellas estaba una mujer con un chaleco color naranja y tenia un cartel de "alto" en su mano derecha. Ella levanto el cartel y ambas se quedaron en el lugar, había viejita cruzando el camino lentamente como si fuera una tortuga vieja. Pasaron unos minutos, a estas no le molestaban en absoluto esto pero la pelirosada escucho a alguien quejándose. Esa voz era la de un niño. Ella giro su cabeza a la derecha y vio a un chico pecoso y pelirrojo malhumorado con las manos en el bolsillo de su pantalón.

Stella: Hola ¿Cómo te llamas?- Le habló de la manera mas dulce y amable posible.

???: Me llamo nite- Respondió serio

Stella: ¿nite? - Preguntó confundida

???: ni te interesa - respondió malhumorado

El chico miro para otra parte , la madre agarro a su hija y la puso mas a su lado molesta lo que le dijo a su hija. La señora al fin pudo cruzar la calle y ambas caminaron hacia el jardín de infantes. Llegaron y los niños ya estaban entrando. La madre se despidió de su hija y la niña entró al lugar.
Como siempre casi todo era un desorden hasta que llego el jardinero para poner orden a los niños. Él los hizo pintar, dibujar y hacer cosas de niños. Luego de eso sono el timbre para salir al recreo. La pequeña pelirosada fue al arenero para hacer un castillo de arena, con un juguete imaginaba que ella estaba dentro de ese castillo.
Todo era paz y tranquilidad para ella hasta que llegaron los cuatro bravucones del salón, uno de ellos pateo el su castillo de arena y otro agarro el juguete que estaba ahí.

Stella: oigan no hagan eso- les replicó

Jackson: ¿y que vas hacer? ¿eh?- dijo burlón

No estas solo-《angry birds》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora