𝐋𝐀 𝐏𝐄𝐐𝐔𝐄𝐍̃𝐀 𝐃𝐄𝐋 𝐀𝐋𝐅𝐀

𝑪𝒂𝒑𝒊́𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟐

MI MATE
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Ashton Kala -

Caminaba relajado por las calles de Nueva York buscando un lugar donde poder comer ya que aparte me moría de hambre,desde que salí de casa no había podido probar bocado

Pasando por un callejón frió y desolado mi olfato se intensificó haciéndome aspirar un embriagante olor a "Fresas y Miel",era tan embriagador que no me pude resistir a empezar a olfatear más allá del olor

«¡Mate!»

Dijo mi lobo haciendo que todos mis sentidos se encendieran y unas terribles ganas de ir a buscar a mi "Mate"

Empecé a correr por todo el callejón intentando encontrarle y siguiendo ese embriagante olor que hacía estragos en mi cuerpo

A la esquina de un basurero se encontraba en una pequeña caja de cartón semi rota una pequeña cosita enredada en una manta blanca de seda delgada

Me acerqué un poco más y vi como la pequeña cosita que estaba dentro de la caja empezaba a temblar y titiritar por el frío,tome mi chaqueta y enrede a la pequeña cosita en mi chaqueta de invierno,la tome en brazos y la acune,ella dejó de temblar y abrió sus ojos,un escalofrío recorrió mi cuerpo,la apegue a mi pecho y la empecé a olfatear

–Mía –Dije mientras la acunaba –Solo mía pequeña

Después de tantos años la había encontrado, a ella a mi compañera de por vida, no pude resistir y las lágrimas de felicidad empezaron a caer a cántaros y esto solo era el principio faltaban planes por realizar, momentos que pasar unidos

Limpie las lágrimas con la manga de mi chaqueta y pude notar una pequeña cadena de oro que cargaba el cuello de mi pequeña, tome la cadena y la empecé a examinar, traía un pequeño pin en forma de corazón con un nombre tallado en el medio, "Eris", era el nombre que se encontraba en aquella cadena y también Eris era el nombre de la diosa de la discordia y probablemente el nombre de mi pequeña

Mi estómago empieza a gruñir por el hambre y también escucho gruñir el estómago de mi pequeña, me quitó mi chaqueta y la envuelvo en esta para ir a comer a algún restaurante cercano

[....]

–Llegamos a su destino –Dijo el taxista

–Muchas gracias –Pague lo debido y baje del taxi junto con mi pequeña y las bolsas de comida para Cristian y Gemma

Entramos a la recepción del hotel y metí mi mano a mi bolsillo para sacar la llave de la habitación que Cristian me había entregado anteriormente

–323 –Decía el número que estaba tallado en la llave, tome el ascensor y subí al piso número 5 ya que era el piso donde se encontraba nuestra habitación