Capitulo 4: Epifanía

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Una mañana tranquila llegaba nuevamente a Ciudad República para cada ciudadano de esta magnifica ciudad... Salvo para Victor. Las mañanas son un fiasco para él, pues nunca había sido de los que se levantan tan temprano. Lo que significaba que vivir en un templo lleno de monjes con ideología de amor por la naturaleza era sinónimo de 'todos deben levantarse al quebrar el alba'. Cosa que era imposible para Victor, y los monjes tuvieron que ir ellos mismos a levantarlo y despertarlo, pero cuando lo lograron se arrepintieron después al ver la horrible cara que tenía.

Apenas podía mantener su cuerpo derecho y caminar correctamente, de milagro que en ningún momento cayó de cara contra el suelo y llegando al comedor con éxito, donde ahora se hallaban varios monjes comiendo y Tenzin y Korra en una mesa un poco ale...

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Apenas podía mantener su cuerpo derecho y caminar correctamente, de milagro que en ningún momento cayó de cara contra el suelo y llegando al comedor con éxito, donde ahora se hallaban varios monjes comiendo y Tenzin y Korra en una mesa un poco alejados del resto para tener privacidad, en ningún momento notó a los guardias del Loto Blanco en la habitación y tampoco les importaba mucho quienes eran, pero estos guardias eran nuevos y ninguno conocía o sabía del alquimista amigo de Korra; así que desde el primer momento que puso un pie en el comedor lo consideraban una amenaza.

Victor vio a Korra y a Tenzin ya en la mesa y fue a sentarse con ellos queriendo estar junto a Korra, pero en el momento que estaba por acercarse a esa mesa, uno de los guardias se interpuso y chocó con él.

"Debo pedirte que te alejes del Avatar y del Maestro Tenzin y te retires de aquí a otro lado."  Dijo firmemente el guardia ganándose las miradas de todos los monjes sorprendidos y preocupados y de Korra y Tenzin que veían sin creerse que no conocieran al alquimista. Le puso una mano encima de su hombro y cometió otro error que le costara muy caro.  "Sí entendiste, niño, vete de aquí-"  Victor sujeto la mano del guardia y luego se posición para un lanzamiento de Judo, azotando la espalda del hombre contra el suelo y torciendole el brazo hasta casi querer dislocarlo y se escucho el grito de dolor teniéndolo bien agarrado con su mano izquierda y preparando la derecha para chasquear. Definitivamente lo iba a matar. Y la sonrisa macabra y su tono tan irritado no eran una buena señal.

"No se quien mierdas te crees o eres, pero ahora mismo me importa una reverendisima molécula de la más patética cucaracha que pueda existir en el mundo que tu propia vida

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"No se quien mierdas te crees o eres, pero ahora mismo me importa una reverendisima molécula de la más patética cucaracha que pueda existir en el mundo que tu propia vida. Espero no tengas asuntos pendientes o también voy a quemar hasta las cenizas a tu fantasma."

Avatar: La Leyenda de Korra. Alquimia y Espiritus, ¿Qué podría pasar?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora